José Mª Tojeira: “No queremos cárcel para los autores, pero sí la verdad”

El rector de la UCA sigue reclamando justicia por los crímenes de los jesuitas en El Salvador

(Vida Nueva) Veinte años después del asesinato de Ignacio Ellacuría y sus cinco compañeros en El Salvador, la Universidad Centroamericana de San Salvador (UCA), en la que estos jesuitas trabajaban, sigue luchando para que la Ley de Amnistía –que permitió salir de prisión a los acusados por el crimen– se derogue y las víctimas del conflicto civil vean reconocida su dignidad y los responsables asuman públicamente su culpa. José María Tojeira, actual rector de la UCA, pide que se esclarezcan los hechos: “No queremos la cárcel para ellos. Sería absurdo en un país donde las cárceles ya están más que llenas, pero sí la verdad”. Lo hace en un trabajo periodístico que la revista Vida Nueva publicará en su sección ‘Pliego’ y que incluye otros testimonios como el del teólogo Jon Sobrino y el de la religiosa Alicia Martín-Baró, hermana de una de las víctimas.

Pese a las dificultades para obtener justicia en El Salvador (el juicio a los autores de los asesinatos de la UCA estuvo salpicado de irregularidades), los jesuitas creen que aquél es el país en donde debe abrirse un posible nuevo proceso judicial y no en cualquier otra nación: “Una justicia internacional que se ocupara exclusivamente de los casos mediáticamente famosos… nos ofrecería un resultado muy débil. Y, además, constituiría una especie de contrasentido. Porque tanto los jesuitas como [monseñor] Romero dieron su vida precisamente por defender a esta personas”, explica Tojeira.

El que fuera provincial de los jesuitas en el país centroamericano cuando se produjeron los crímenes, considera que Ellacuría y sus compañeros dejaron “una rica herencia de radicalidad evangélica y de seriedad a la hora de enfrentarse a la realidad”, sin embargo, afirma que “no hemos querido iniciar su causa de beatificación (…) No creo que tenga mucho futuro, viendo lo excesivamente lento que avanza el proceso de beatificación de monseñor Romero”. No obstante, “nosotros tenemos clara conciencia de que son mártires, y así lo proclamamos desde el primer momento”, añade Tojeira.