miércoles, 18 de noviembre de 2009

Condecoración póstuma a los mártires de la UCA



En 15 de noviembre de 2009 el Gobierno salvadoreño condecoró a título póstumo con la Orden Nacional Doctor José Matías Delgado, a los seis padres jesuitas, masacrados por un batallón especial del ejército, en plena guerra civil. El grupo estaba compuesto por los españoles, Ignacio Ellacuría, Amando López, Juan Ramón Moreno, Segundo Montes e Ignacio Martín Baró y el salvadoreño Joaquín López y López. La condecoración es la más alta del país y se reserva a personas que han prestado "eminentes servicios" a la nación. Además, en este caso, representa un cambio radical de actitud del gobierno salvadoreño, con relación al criterio escogido por administraciones anteriores para otorgar semejante honor.



En su discurso, el Presidente de El Salvador Mauricio Funes declaró: “...veinte años después, de su cruel asesinato, poner, en las manos de los familiares y compañeros, de Ignacio Ellacuría, Segundo Montes, Ignacio Martin Baró, Amando López, Juan Ramón Moreno y Joaquín López, el mayor reconocimiento que concede este país, como es la orden José Matías Delgado, significa para mi, retirar un velo espeso de oscuridad y mentiras, para dejar entrar, la luz de la justicia y la verdad. Significa levantar la alfombra polvosa de la hipocresía y empezar a limpiar la casa de nuestra historia reciente. Porque no es posible entender nuestro país y conocernos como comunidad, si no conocemos el pasado común, y nuestros mártires, sus dolores y alegrías; sus luchas encarnizadas y sobre todo, en este caso, su aporte extraordinario al país. Si algo demostraron estos hombres, con su muerte, es que la historia no la escriben unos pocos iluminados, ni tampoco aquellos, que empuñan las armas más poderosas...”



Al presidente se siguió el discurso del P. José Maria Tojeira sj, actual rector de la UCA. El empezó su discurso con un agradecimiento:”...Ante este reconocimiento no cabe sino comenzar agradeciéndole profundamente este gesto y distinción. La verdadera reconciliación de El Salvador, iniciada con los Acuerdos de Paz, tiene que profundizarse de muchas maneras. Y una de ellas es precisamente el reconocimiento de la dignidad de las víctimas. Ancianos, niños, mujeres embarazadas, sacerdotes y religiosas que servían con generosidad a los más pobres, fueron perseguidos, golpeados y asesinados sin más razón que la de solidarizarse con las víctimas de la injusticia o simplemente vivir en zonas conflictivas. Reconocer la dignidad de estas personas es indispensable para la cohesión y el desarrollo armónico de nuestro país. Porque ningún grupo humano puede lograr su integración olvidando los sufrimientos del pasado y separando de su historia a las víctimas inocentes de sus procesos sociales...”


Provincial P. Sariego, Presidente Funes y Rector P. Tojeira



Clic para leer el Discurso del Presidente Mauricio Funes y para leer el Discurso del P. José María Tojeira s.j .

CPAL

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