Basílica de Aparecida Aparecida nos ha convocado a todos a una “Misión Continental”. Ha llamado todos los bautizados, clero y laicos, diocesanos y religiosos, mujeres y hombres. Muchos se preguntan: ¿cuándo empieza la misión? “La misión ya comenzó hace más de dos mil años, - nos recuerda P. Carlos Arturo Quintero Gomez, Secretario Ejecutivo de Comunicación del CELAM - cuando Cristo envió a sus apóstoles a predicar el evangelio”, a hacer discípulos todas las naciones (cf. Mt 28,19).
Es verdad que esperamos recibir una propuesta de plan para la misión, una hoja de ruta de cómo inspiración para los planes nacionales y diocesanos. El 17 de agosto anunciarán esta propuesta, en el marco del CAM3 y del COMLA8, en Quito, Ecuador.
Pero lo fundamental es otra cosa. Más importante que un plan escrito es la nueva actitud, un nuevo espíritu misionero que la Iglesia nos pide, con insistencia. El compromiso con la misión será fruto de una conversión personal y pastoral, o no será nada. Escribe el Presbítero Carlos Arturo:
“La fecundidad pastoral, … pasa por una auténtica conversión en doble vía: una conversión personal de mente y de corazón, renovación interior que debe reflejarse en el ser y quehacer del misionero y una conversión pastoral, entendida como apertura a las iniciativas de la Iglesia, creatividad en la aplicación de las estrategias para anunciar a Cristo, preocupación por el anuncio de la Buena Nueva, vivir en plena comunión eclesial, trabajar por una reforma de las estructuras caducas (DA 379) y poner los carismas al servicio de la unidad de la Iglesia. Pues la unidad es clave en este camino misionero: ´para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado´ ” (Jn 17,21) (Noticelam).
Para leer todo el texto de P. Quintero, hacer clic aquí.
CPAL
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