Juan 17. 20-26.
“No te ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí al oir el mensaje de ellos. Te pido que todos ellos estén unidos; que como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste. Les he dado la misma gloria que tú me diste, para que sean una sola cosa, así como tú y yo somos una sola cosa: yo en ellos y tú en mí, para que lleguen a ser perfectamente uno, y que así el mundo pueda darse cuenta de que tú me enviaste, y que los amas como me amas a mí.“Padre, tú me los diste, y quiero que estén conmigo donde yo voy a estar, para que vean mi gloria, la gloria que me has dado; porque me has amado desde antes que el mundo fuera hecho. Oh Padre justo, los que son del mundo no te conocen; pero yo te conozco, y estos también saben que tú me enviaste. Les he dado a conocer quién eres, y aún seguiré haciéndolo, para que el amor que me tienes esté en ellos, y para que yo mismo esté en ellos.”
Recuerdo a quienes me ha tocado llevarles el mensaje de Jesús …
¿Quiénes? …
pronuncio en silencio sus nombres …
recuerdo sus rostros … con cariño …
se los presento al Señor del mismo modo como Jesús me ha presentado a mi.
Vuelvo a rezar este texto poniéndome en el lugar de Jesús pidiendo por aquellos a quienes he evangelizado de alguna forma. …
También elevo una oración por quienes me han evangelizado a mi.
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