domingo, 11 de mayo de 2008

El Evangelio de hoy


Juan 20:19-23
Ese mismo día, el primero después del sábado, los discípulos estaban reunidos por la tarde, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Llegó Jesús, se puso de pie en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes!" Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron mucho al ver al Señor. Jesús les volvió a decir: "La paz esté con ustedes! Como el Padre me envío a mí, así los envío yo también". Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: "Reciban el Espíritu Santo: a quienes descarguen de sus pecados, serán liberados, y a quienes se los retengan, les serán retenidos".
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy

La unidad�no es fácil. No es sólo similitud.
La unidad no significa que todos pretendamos que todo está bien.
Se trata de vivir juntos, aceptando e incluso disfrutando de nuestras diferencias. Algunas diferencias son por causa de amistad o de familia; sin embargo, podemos valorar las otras y no separarnos.
El pasado no desaparecerá: como la unidad exige tolerancia, en ocasiones exigirá el perdón y el deseo de la sanación y la libertad.
En otros momentos, si vamos a caminar juntos, significará reconciliación y una nueva relación entre nosotros.
El Espíritu, en cada uno de nosotros, nos ayudará para unirnos.
Oren por los que tienen dificultad en acercarse - crean que él o ella poseen el Espíritu de Dios, igual que ustedes. �Eso ayuda!
Todo esto forma parte del Espíritu de Pentecostés.�
Espacio Sagrado

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