jueves, 22 de mayo de 2008

El Evangelio de hoy


Marcos 9. 41-50

Cualquiera que les dé a ustedes aunque solo sea un vaso de agua por ser ustedes de Cristo, les aseguro que tendrá su premio. A cualquiera que haga caer en pecado a uno de estos pequeños que creen en mí, mejor le sería que lo echaran al mar con una gran piedra de molino atada al cuello. Si tu mano te hace caer en pecado, córtatela; es mejor que entres manco en la vida, y no que con las dos manos vayas a parar al infierno, donde el fuego no se puede apagar. Y si tu pie te hace caer en pecado, córtatelo; es mejor que entres cojo en la vida, y no que con los dos pies seas arrojado al infierno. Y si tu ojo te hace caer en pecado, sácatelo; es mejor que entres con un solo ojo en el reino de Dios, y no que con los dos ojos seas arrojado al infierno, donde los gusanos no mueren y el fuego no se apaga.
“Porque todos serán salados con fuego. La sal es buena; pero si deja de estar salada, ¿cómo podrán ustedes hacerla útil otra vez? Tengan sal en ustedes y vivan en paz unos con otros.”



¿Cuáles son mis debilidades? …


¿Qué es lo que más me aleja de Dios? …


¿Qué circunstancias? …


¿Cuáles deseos me apartan de lo que Dios quiere para mi? …



Reconocidos mis lados débiles,

¿cómo evitar esas situaciones para no caer de nuevo?.

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