Jesús dijo a Nicodemo: "Así amó Dios al mundo! Le dio al Hijo Único, para que quien crea en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió el Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que se salve el mundo gracias a Él. Para quien cree en Él no hay juicio. En cambio, el que no cree ya se ha condenado, por el hecho de no creer en el Nombre del Hijo Único de Dios."
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy
Nos contemplaron desde el Cielo - el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo - con el amor por su pueblo - por todos nosotros.
Veían hombres y mujeres de todas las razas, colores, edades, creencias, santidad y pecado.
Sabían que la raza humana necesitaba ayuda, y esperaron un largo tiempo hasta que el momento fué el�indicado.
La oración nos inserta en nuestro verdadero espacio de pertenencia - en la comunidad de la Trinidad - y en esa oración somos llamadas y llamados a traer esta ayuda divina para la raza humana.
Espacio Sagrado
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