RD/Efe).-El Vaticano salió hoy en defensa del Papa afirmando que es "ofensivo" pensar que Benedicto XVI por levantar la excomunión a cuatro obispos tradicionalistas haya "malvendido" el Concilio Vaticano II, y ha asegurado que los ataques por parte del mundo judío son "extemporáneos y equivocados".
La defensa la hizo hoy el diario de la Santa Sede "L´Osservatore Romano", que en un editorial en portada, titulado "Un guión equivocado", señala que "con oportunismo apresurado" se ha echado a Benedicto XVI la culpa "no sólo de posiciones anticonciliares, sino incluso la connivencia, o al menos la imprudencia, de apoyar tesis negacionistas sobre el holocausto".
El vespertino vaticano se refería a las duras críticas hechas por destacados rabinos judíos tras las declaraciones hechas por uno de los cuatro obispos "lefebvrianos" rehabilitados, el británico Richard Williamson, que ha puesto en duda el holocausto judío.Williamson aseguró recientemente que "no existieron las cámaras de gas" y que sólo unos 300.000 judíos "y no seis millones" murieron en los campos de concentración nazis, "pero ninguno gaseado".
El diario vaticano consideró esas declaraciones como "gravísimas e inaceptables" y subrayó que Benedicto XVI a lo largo de su Pontificado ha dado numerosos pasos que demuestran "limpiamente" su respeto por los judíos y su deseo de mejorar el diálogo con los hebreos.
Respecto al levantamiento de la excomunión a los cuatro obispos tradicionalistas, el diario vaticano señaló que es un "gesto" que se enmarca en el "nuevo estilo" emanado del Concilio Vaticano II (que no aceptan los "lefebvrianos"), "que prefiere la medicina de la misericordia a la condena".
La revocación de las excomuniones no supone, precisó el editorial, que haya concluido "un caso doloroso como es el cisma con los lefebvrianos", pero con las mismas -señala- el Papa "limpia el camino de posibles pretextos para infinitas polémicas y entra a fondo en el problema, que es la aceptación plena del magisterio, incluido el Concilio Vaticano II".
El editorial señala que la reforma del Concilio Vaticano II está "tan consolidada" en la Iglesia Católica "que no puede entrar en crisis por un magnánimo gesto de misericordia inspirado en ese nuevo estilo de la Iglesia querido por el concilio".
"Por ello, aparece como algo retórico, cuando no ofensivo, pensar que Benedicto XVI puede malvender el Concilio a quien sea. De igual manera también es retórico preguntarse si el Papa está de verdad convencido del camino ecuménico y del diálogo con los judíos", afirmó el órgano oficial de la Santa Sede.
"L´Osservatore Romano" insistió en que la revocación de las excomuniones no supone la plena unidad con la Iglesia de Roma y recordó que el camino hacia la reconciliación con los tradicionalistas "es una elección colegial, ya conocida por la Iglesia de Roma y no un gesto repentino e improvisado de Benedicto XVI.
En defensa del Papa también salieron los obispos italianos, cuyo presidente, el cardenal Angelo Bagnasco, dijo que las acusaciones que le han hecho "son injustas, inmotivadas e infundadas".
Desde que hace dos días se conoció el levantamiento de las excomuniones y que uno de los favorecidos negaba el holocausto no han cesado las críticas por parte de la comunidad judía, destacando las afirmaciones hechas hoy por Renzo Gattegna, presidente de la Unión de las Comunidades Judías italianas, que calificó la tesis del prelado de "infamia".
El rabino jefe de Roma, Riccardo Di Segni, aseguró que la rehabilitación del prelado "abrirá una profunda herida en el diálogo católico-judío" y el rabino David Rosen, presidente del Comité Internacional Judío de Cuestiones Interreligiosas dijo que la Iglesia quedaba "contaminada".
Hoy Gattegna exigió además al Vaticano que intervenga, que "tome una decisión" sobre el lefebvriano.
El pasado día 24, veintiún años después de ser excomulgados, Benedicto XVI levantó la sanción a los cuatro obispos consagrados por el fallecido arzobispo cismático Marcel Lefebvre en 1988.Se trata de Bernard Fellay, superior de la Fraternidad San Pío X; el español Alfonso de Galarreta, el francés Tissier de Mallerais y el británico Richard Williamson.
Los cuatro quedaron excomulgados automáticamente al ser ordenados por Lefebvre contra la voluntad de Juan Pablo II. Lefebvre también fue excomulgado, así como el obispo brasileño también fallecido De Castro Mayer, que participó en la ceremonia.
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