sábado, 17 de enero de 2009

España: El predicador de los obispos se rebeló contra Arrupe

El Padre Mendizábal, un jesuita de extrema derecha, dirige los ejercicios espirituales de los obispos.


En los años 70, se rebeló contra su General, el Padre Arrupe, y perdió la batalla. Derrotado, el padre Luis María Mendizábal se retiró a Toledo, y, desde allí, comenzó a crear “escuela”. Fundó todo tipo de asociaciones de laicos, monjas y curas tradicionalistas. Alma mater de un movimiento que cuenta ya con varios obispos en sus filas, el jesuita corona ahora su recorrido vital, a sus 84 años, como director de los ejercicios espirituales de los obispos españoles.


Como buenos cristianos, los obispos dan ejemplo a sus curas y a sus fieles y suelen hacer ejercicios espirituales todos los años. De una semana. Y para aleccionarlos, suelen escoger con lupa al director. Hasta ahora habían sido siempre grandes teólogos, como Olegario González de Cardedal, o reconocidos expertos en los Ejercicios de San Ignacio, como José Ramón Busto. Pero siempre eclesiásticos moderados.


La norma se rompió este año con la elección de un jesuita tan marcadamente conservador como el padre Mendizábal. La nota de la Conferencia episcopal apenas tiene dos párrafos y dice así: “La Conferencia Episcopal Española (CEE) ha organizado, del 11 al 17 de enero, la tanda de Ejercicios Espirituales para Obispos que cada año tiene lugar en Pozuelo de Alarcón (Madrid).
Este año está prevista la participación de 43 prelados de las diócesis españolas, además del Nuncio Apostólico en España. Los Ejercicios serán dirigidos por el P. Luis Mª Mendizábal, S.J. . Comenzarán el domingo, día 11, y finalizarán el sábado día 17”.


Desde su residencia de Toledo, el padre Mendizábal se muestra renuente, pero confirma la noticia a Religiondigital. Esta es la conversación que mantuvimos ayer al mediodía con él:


-Buenos días, padre Mendizábal. La Conferencia episcopal dice que es usted el encargado de dirigir los ejercicios espirituales a los señores obispos. ¿Qué les va a decir?

-Eso ya lo veremos cuando estemos allí. Confiemos en el Espíritu Santo.


-Imagino que les predicará la conversión. ¿Los obispos también necesitan convertirse?

-Todos necesitamos conversión. Yo el primero.


-¿Ejercicios ignacianos?

-Lógicamente


-¿Alguna insistencia especial?

-No me parece oportuno hablar más del tema. Gracias por su llamada. Buenos días.


En la Compañía de Jesús, a la que el padre Mendizábal sigue perteneciendo, no hacen valoración oficial de su nombramiento como director de los ejercicios espirituales de la jerarquía.

Extraoficialmente, se echan las manos a la cabeza y hablan de una “elección muy significativa y muy acorde con los tiempos de involución jerárquica que estamos viviendo en España”. Una elección que califican de “mala noticia, porque el simple hecho de elegirlo como ejercitador implica una marcha atrás muy seria. Buscar a Mendizábal es optar descaradamente por un tipo de Iglesia muy escorada a la derecha. Es una designación que de debe haber hecho con mucha intención”.


Todos los jesuitas consultados por RD coinciden en calificarlo de un “peso pesado” de la Compañía, con mucha influencia “espiritual e ideológica en la misma sobre todo en los años del primer postconcilio”. Se trata de un jesuita bien formado, con una cabeza poderosa. No es ningún segundario.


Nacido en 1925, fue un brillante estudiante y un no menos brillante profesor. En los años 70 fue protagonista de una línea muy determinada de la Compañía. La línea que se opuso abiertamente al General Padre Arrupe. Se llamaban a sí mismos “jesuitas en fidelidad”, la “vera Compañía” o “los descalzos” y se oponían frontalmente a la modernización de la orden que puso en marche el prepósito vasco tras el Concilio Vaticano II.


Como dice el sacerdote y escritor Manuel de Unciti, “se trataba de regenerar un cuerpo religioso que les parecía desvitalizado y bastante alejado de la inspiración del santo fundador. Tras muchos dimes y diretes, Roma no dio su placet, a pesar de que la iniciativa llegó a contar con el aval de algunos obispos españoles”.


El cenit de la rebelión se produjo en 1974, cuando plantearon abiertamente al Papa Pablo VI, que les autorizase a desgajarse de la Compañía y a crear una provincia española directamente dependiente de la Santa Sede. Pero, aunque estaban apoyados por los obispos más conservadores, especialmente por el entonces cardenal de Toledo, Marcelo González, no se salieron con la suya. Gracias a Tarancón. “El cardenal Tarancón y Arrupe pararon la escisión ante Pablo VI”, dice un jesuita que vivió aquellos avatares.


El Padre Mendizábal era uno de los cabecillas de la rebelión y, desde entonces, desautorizado, se retiró a su exilio dorado de Toledo, bajo el manto de su protector el cardenal González Martín. Tenaz, con carisma y dotes, siguió predicando sus tesis desde el silencio y el casi anonimato. Y extendiendo su espiritualidad entre laicos, jóvenes, matrimonio, sacerdotes y monjas. Lógicamente, con una espiritualidad muy conservadora, casi tridentina, aunque dentro de los cánones doctrinales siempre.


Y, poco a poco, fue creando escuela. Una escuela espiritual vinculada con la Iglesia preconciliar, severa y adusta. Pero que se extendió como la espuma. En concreto, el padre Mendizábal es el inspirador de la “Fraternidad sacerdotal y movimiento apostólico Getsemaní”. Se trata de un conjunto que se mueve en los sectores más reaccionarios y al que se acusó de utilizar técnicas sectarias en la captación.


Tiene tres patas: los curas de la Fraternidad Sacerdotal, las monjas de la Fraternidad Reparadora y los jóvenes laicos de Getsemaní. De los curas de la Fraternidad proceden, entre otros, dos obispos españoles: el de Palencia, monseñor Munilla, y el de Coria-Cáceres, monseñor Cerro. Y en las filas del episcopado cuentan ya otros prelados “simpatizantes”.


Son los llamados “obispos del Sagrado Corazón”, que describe así Manuel de Unciti: “Los seminaristas del círculo del jesuita en cuestión se juramentaron bajo el santo y seña de Loyola. El nuevo grupo les serviría de acicate para su vida espiritual y para el fomento de una amistad fraterna, puesta toda su confianza en el Corazón de Jesús. Pero el grupo, poco a poco, como insensiblemente, fue adquiriendo el perfil de un grupo de presión. Se hace presente en las reuniones de los sacerdotes y sus componentes intervienen de acuerdo a directrices que han asumido entre ellos”. Y hasta consiguen mitras.


Pero las más conocidas son las monjas de la Fraternidad Reparadora en el Corazón de Cristo Sacerdote. La congregación, que cuenta hoy con más de 125 religiosas, se instaló en un convento abandonado de la villa de Oropesa y allí comenzó su ideal de vida espartano.


El noviciado dura cuatro años. Se levantan al alba, dedican toda la mañana a la adoración de Jesús Sacramentado, expuesto en su iglesia y, por la tarde, estudian o trabajan en los quehaceres pastorales de la parroquia. No tienen despensa y viven de lo que la gente les da cada día. Cuando no tienen nada, ayunan. No tienen televisión ni radio. Duermen sobre tablas sin colchón, ayunan todos los jueves y se mortifican con cilicios y disciplinas. Apenas comen. Viven de la caridad de la gente pero tienen prohibido almacenar comida, de manera que si les dan más de lo estrictamente necesario lo tiran. Además realizan ayunos constantemente.


Pasan frío. El convento no tiene sistema de calefacción y no tienen ropa para resguardarse del frío, por tanto llevan la misma en invierno y en verano.


Se autoflagelan o utilizan cilicios. De hecho se niegan a mostrar la espalda para que no se vean las marcas Nada más entrar al convento les rapan el pelo


No pueden recibir información del exterior: ni televisión, ni radio, ni prensa, etc. La única información que reciben del exterior son unas cintas que grava el padre Mendizábal en las que les informa de lo que él considera que deben estar enteradas


Duermen en el suelo, sobre cartones


Aunque no son de clausura no pueden usar el teléfono si no es con permiso expreso, no pueden ir a su casa nunca (sólo pueden recibir a sus familiares cada cierto tiempo)


Como consecuencia de todo esto, tienen problemas de salud como anemia, se les retira la menstruación, sufren desmayos frecuentes, etc.


Si reciben algún tipo de asistencia sanitaria no hay constancia de la existencia de informes ni historiales médicos de las novicias desde que entraron en el convento


Se duchan siempre con agua fría en verano y en invierno


Ni siquiera la ropa interior es propiedad privada

Las despiertan cada poco tiempo interrumpiendo el sueño, para rezar


El Padre Mendizábal dirige también la Asociación Sociocultural Getsemaní y los Jóvenes para el Reino de Cristo y Familias por el Reino de Cristo, porque, con el paso de los años los jóvenes de JRC se han ido haciendo "mayorcitos" y se han casado. Por lo tanto FRC es una asociación de familias que, al igual que los jóvenes de JRC, viven la espiritualidad del Apostolado de la Oración.


El Padre Mendizábal forma, pues, parte de los jesuitas que fundaron o tutelaron nuevas congregaciones en la segunda mitad del siglo XX, todas ellas con perfil tradicional. Como Rodrigo Molina, fundador de Lumen Dei, o Tomas Morales, con los Cruzados y Cruzadas de Santa María; o José Ramón Bidagor Altuna, consejero espiritual de los Discípulos de los Corazones de Jesús y María; o José María Alba Cereceda, fundador de la Unión Seglar de San Antonio María Claret y la Asociación de la Inmaculada y San Luis Gonzaga. Son hijos de San Ignacio inscritos en el reflujo del postconcilio.


Uno de ellos, el Padre Mendizábal, vuelve a estar de moda. Como predicador de los obispos.

Por José Manuel Vidal
RD

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