Marcos 2:13-17
En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del lago; la gente acudía a él y les enseñaba. Al pasar vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: "Sígueme". Se levantó y lo siguió. Estando Jesús a la mesa en su casa, de entre los muchos que lo seguían, un grupo de recaudadores y otra gente de mala fama se sentaron con Jesús y sus discípulos. Algunos letrados fariseos, al ver que comía con recaudadores y otra gente de mala fama, les dijeron a los discípulos: "De modo que come con recaudadores y pecadores!" Jesús lo oyó y les dijo: "No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar justos, sino pecadores".
En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del lago; la gente acudía a él y les enseñaba. Al pasar vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: "Sígueme". Se levantó y lo siguió. Estando Jesús a la mesa en su casa, de entre los muchos que lo seguían, un grupo de recaudadores y otra gente de mala fama se sentaron con Jesús y sus discípulos. Algunos letrados fariseos, al ver que comía con recaudadores y otra gente de mala fama, les dijeron a los discípulos: "De modo que come con recaudadores y pecadores!" Jesús lo oyó y les dijo: "No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar justos, sino pecadores".
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy
Pienso cómo diría esa palabra "Sígueme".
Como una orden, una invitación, un susurro, un desafío?
Como haya sido, provocó una respuesta inmediata. Permite a Jesús que te hable en tus oraciones.
¿Cómo escuchas su llamado a seguirlo: como una gentil invitación o como un llamado urgente?
Sin importar cómo se escucha, siempre es dirigido hacia la libertad interior y la generosidad más profunda.
Ruega por la generosidad, y permite que la palabra "Sígueme" haga eco en tu corazón y tu mente, como un mantra.
Espacio Sagrado
No hay comentarios:
Publicar un comentario