sábado, 22 de diciembre de 2007

El Evangelio del día

Lucas 1. 46-55.

María dijo:“Mi alma alaba la grandeza del Señor; mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador. Porque Dios ha puesto sus ojos en mí, su humilde esclava, y desde ahora siempre me llamarán dichosa; porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas. ¡Santo es su nombre! Dios tiene siempre misericordia de quienes lo reverencian. Actuó con todo su poder: deshizo los planes de los orgullosos, derribó a los reyes de sus tronos y puso en alto a los humildes. Llenó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. Ayudó al pueblo de Israel, su siervo, y no se olvidó de tratarlo con misericordia. Así lo había prometido a nuestros antepasados, a Abraham y a sus futuros descendientes.” María se quedó con Isabel unos tres meses, y después regresó a su casa.


¿Y en mi? …

¿Cómo ha actuado el Señor? …


Contemplo mi vida …

las acciones de Dios en mi vida …


¿Qué siento ha sido obra suya en mi vida? …

¿Cómo proclamaría yo el paso de Dios por mi propia vida? …


Entono mi propio Magnificat.

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