martes, 18 de diciembre de 2007

El Evangelio de hoy



Mateo 1. 18-24
El origen de Jesucristo fue este: María, su madre, estaba comprometida para casarse con José; pero antes que vivieran juntos, se encontró encinta por el poder del Espíritu Santo. José, su marido, que era un hombre justo y no quería denunciar públicamente a María, decidió separarse de ella en secreto. Ya había pensado hacerlo así, cuando un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, descendiente de David, no tengas miedo de tomar a María por esposa, porque su hijo lo ha concebido por el poder del Espíritu Santo. María tendrá un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Se llamará así porque salvará a su pueblo de sus pecados.”
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta:
“La virgen quedará encinta y tendrá un hijo, al que pondrán por nombre Emanuel” (que significa: “Dios con nosotros”).
Cuando José despertó del sueño, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado, y tomó a María por esposa. Y sin haber tenido relaciones conyugales, ella dio a luz a su hijo, al que José puso por nombre Jesús.



Observo a José, su amor por María.


¿Cuándo me ha tocado a mi actuar con discreción por amor? …

Me pongo en el lugar de José. …

¿qué habría hecho yo? …

¿Cómo habría reaccionado?

A quienes estoy llamados a acoger para que no sean enjuiciados injustamente?

¿Quiénes dependen de mi y si yo los acojo se librarán de pasarla mal?


Pienso en mis hijos, en mis hermanos, en mis padres, en mis amigos más cercanos


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