Cuenta Pedro Ontoso en El Correo que en mayo de 1931 la onda expansiva de la explosión anticlerical se extendía por España cebándose con iglesias y conventos. Dos jóvenes novicios de jesuitas, Jose María Llanos y José María Díez Alegría, huyeron 'in extremis' de Madrid y recalaron después de varias semanas en Loyola. En la casa santuario guipuzcoana, los 'junior' de la provincia vasca de la orden organizaron una fiesta de bienvenida.
Otros dos jóvenes disfrazados de 'casheros' representaron una escena de caserío con mucho sentido del humor. Uno era Javier María Urzainqui, que luego abandonaría el noviciado, y el otro, dotado de una aterciopelada voz de barítono, era Pedro Arrupe Gondra. Tanto el padre Llanos, el 'cura rojo' del Pozo del Tío Raimundo, como el padre Díez Alegría, expulsado de la orden por su polémico libro 'Yo creo en la esperanza', no podían imaginar que aquel gran cantante e imitador llegaría a ser, 34 años después, el general de los jesuitas.
Mañana se cumplen cien años de su nacimiento en Bilbao. El encuentro lo describe con gran detalle Pedro Miguel Lamet, autor de dos documentados libros, 'Díez Alegría, un jesuita sin papeles' y 'Arrupe, testigo del siglo XX, profeta del XXI', con atinadas claves sobre la vida y obra de ambos personajes.
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