sábado, 10 de abril de 2010

Ratzinger frenó 'por el bien de la Iglesia' la expulsión de un cura pederasta


En una carta firmada en 1985 por el entonces prefecto de Doctrina de la Fe

Instaba que el cura acusado de abusos tuviera un trato "tan paternal como fuera posible"

Un nuevo escándalo relacionado con la pederastia llama a la puerta del Vaticano, apuntado a su principal representante, el Papa Benedicto XVI. Según publica la BBC, Ratzinger fue responsable de demorar la acción de la Iglesia contra un sacerdote acusado de abusar de menores. Esta sería la primera vez que el Papa sería relacionado con un tema de pederastia de forma directa.

Las acusaciones provienen de una carta firmada por Benedicto XVI en 1985, cuando era un alto funcionario del Vaticano. La misiva, que obra en poder de la agencia de noticias de Associated Press, muestra la reticencia del entonces cardenal Joseph Ratzinger a que el sacerdote estadounidense Stephen Kiesle fuera expulsado de la Iglesia.
En esa época, Ratzinger era la cabeza visible de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Según argumentó en la carta, antes de cualquier expulsión se debe considerar el "bien de la Iglesia universal". El Vaticano argumenta que fue un "ejercicio de cautela" lógico antes de expulsar a un sacerdote.
Funcionarios del Vaticano han asegurado que la carta es "una parte" de una larga correspondencia, y "no debe ser sacada de contexto". En palabras del portavoz del Vaticano Federico Lombardi: "La oficina de prensa no cree que sea necesario responder uno por uno a cada documento sacado de contexto relacionado a determinadas situaciones jurídicas".
El sacerdote Kiesle Rev fue condenado a tres años de libertad condicional en 1978 por conducta lasciva con dos menores en San Francisco. Al parecer, la diócesis de Oakland había recomendado la eliminación Kiesle en 1981, pero que eso no ocurrió hasta 1987.
El cardenal Ratzinger se había hecho cargo de la Congregación para la Doctrina de la Fe, encargada de estudiar los casos de abuso sexual en el seno de la Iglesia, en 1981. En la carta de 1985 en la que aparece su firma, Benedicto XVI subraya que la expulsión de Kiesle requeriría "un examen atento" e instaba que el cura acusado de abusos tuviera un trato "tan paternal como fuera posible". La misiva está escrita en latín.
Kiesle fue condenado a seis años de cárcel en 2004 tras admitir haber abusado de un joven en 1995. Actualmente tiene 63 y está en la lista de delincuentes sexuales registrados en California.Estas acusaciones aparecen en un momento delicado para el Vaticano, rodeado de escándalos sexuales. En las últimas semanas, la Iglesia Católica ha sido golpeada por una serie de escándalos de abuso infantil, incluso en Irlanda, EEUU, Alemania y Noruega, y ha sido criticado por no tratar adecuadamente el problema. En ese sentido, el Papa se ha mostrado dispuesto a reunirse con con más víctimas de los abusos clericales. El Vaticano también está preparando una guía en Internet acerca de cómo los obispos deberían abordar las acusaciones de abuso sexual.
El viernes, el Vaticano instó a las diócesis católicas de todo el mundo "a cooperar con la policía" a la hora de investigar las denuncias de abusos sexuales por parte de sacerdotes católicos. El secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, aseguró que la Iglesia católica "es la institución que con más fuerza ha luchado" contra la pederastia, por lo que espera que "las otras instituciones luchen con la misma fortaleza y con la misma consciencia que la Iglesia católica", indicó en declaraciones a la prensa en la sureña ciudad de Concepción.
Por su parte, el padre Lombardi reconoció que la Iglesia había perdido la confianza del público y reconoció que ley de la Iglesia "ya no podía estar por encima de las leyes civiles". El Vaticano también ha descartado cualquier posibilidad de una renuncia papal motivada por los escándalos.
(RD/Agencias)

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