martes, 15 de junio de 2010

Miguel Collado entrevsitado por la CVX de Ecuador

Nuestro Presidente Nacional me ha informado que ha sido entrevistado por el blog de la CVX Ecuador y nos entregó sus respeustas que las entregamos. Además, les colocamos el link para quienes quieran conocer a este blog
http://compartircvx.blogspot.com/

1) Miguel, a que te dedicas en la vida cotidiana y cómo es que se presentó esta oportunidad de servicio para la CVX en Chile?

Yo soy ingeniero informático, trabajo en una pequeña empresa que tenemos, donde construimos y comercializamos software de recursos humanos. Papá de tres hijos ya grandes y abuelo de dos amorosas nietas. Además, soy acompañante espiritual y con un equipo damos ejercicios, especialmente en sectores de escasos recursos. Esta dedicación espiritual ha sido fruto de los Ejercicios Espirituales en que se ha confirmado mi vocación CVX en el acompañamiento, en la opción por los más necesitados y también en poder poner al servicio de la comunidad algunas capacidades profesionales en el ámbito de las estructuras organizacionales internas. Este apostolado partió en el Consejo regional de Valparaíso, luego como consejero de la rama de adultos a nivel nacional, y ahora con esta nueva misión liderando el Consejo Nacional.


2)¿Una vez que ha pasado la Asamblea mantenida en Pentecostés, que impresiones o qué cosas te quedaron resonando de este encuentro?

Fue una experiencia maravillosa. Estoy convencido que el Espíritu Santo sopló fuerte en la Asamblea y los participantes se dejaron tocar por EL. Lo que más me ha quedado resonando es el gran entusiasmo de participar de todos, sin distinción, provenientes de distintos lugares geográficos de nuestro largo país, jesuitas y laicos, jóvenes y adultos de distintas edades. La riqueza del compartir de un miembro secundario con pocos años en la comunidad complementada por la de un adulto que ha estado toda su vida en CVX es algo de gran valor. Ciertamente, también me llevo en el corazón el respaldo de la comunidad toda al Consejo electo. Es un gran desafío y una gran responsabilidad.


3) ¿Cuáles son los desafíos, metas o líneas a seguir en el trabajo de la CVX Chile?

Hicimos un ejercicio de “Open Space” en que se captaron con gran libertad las inquietudes de todos. La pregunta de fondo era “Señor ¿qué quieres que hagamos?”. La respuesta recibida fue clara: Para ser el cuerpo apostólico que Dios quiere de nosotros necesitamos fortalecer la comunicación y potenciar nuestro trabajo comunitario. Necesitamos tener y formar líderes. Se reitera la importancia de los EE EE como medio de formación y aparece la importancia de la política como tema en nuestra comunidad.


4) ¿Qué características crees que tiene la Comunidad Chilena que pueden considerarse como fortalezas para emprender estos nuevos desafíos?

Tenemos una diversidad que se transforma en fortaleza. Muchos miembros bien formados que comparten su riqueza. Hay una cultura en torno a los ejercicios creciente que augura discernimientos y apostolados comprometidos. Una especial sensibilidad por los pobres nos anima a hacer verdaderamente nuestras las opciones de Nuestro Señor. Finalmente, nuestra comunidad es muy apostólica, lo que creo que ha sido fruto de todo lo anterior y existe un trabajo muy de la mano entre jesuitas y laicos.



5) ¿Cuáles son las mayores dificultades con las que tendrán que enfrentarse para llevar a cabo sus funciones?

Quedó muy claro en la Asamblea que la prioridad nuestra es el tema “Comunicaciones”. Somos una comunidad que está extendida a lo largo de todo el país, desde Antofagasta a Punta Arenas, cerca de 4.500 kmts nos separan geográficamente. Un anhelo de cuerpo apostólico nos tiende a unir. Continuaremos usando los medios tecnológicos para vencer las barreras de las distancias y conocernos mejor para unirnos más en un mayor trabajo apostólico. De hecho el Consejo electo por la Asamblea Nacional está formado por miembros de 3 regiones, a lo que se le suman todos los presidentes regionales. Trabajar juntos significa moverse física y virtualmente, conformando UNA sola comunidad nacional y mundial.



6) ¿Cómo crees que tu comunidad y la comunidad latinoamericana y/o mundial pueden acompañarte en todo este proceso?

Es que todos somos una sola comunidad y eso se empieza a notar cuando vamos derribando las barreras comunicacionales. En Latinoamérica nos juntamos trimestralmente en conferencias virtuales todos los países de nuestro continente. Es una experiencia espectacular. Nos hace sentirnos realmente cuerpo y cuando comenzamos a compartir nuestras riquezas locales más sentido se encuentra. Por ejemplo se ha conformado un equipo de comunicaciones para prestar servicio a todos las países. No estamos lejos de poder tener cursos presenciales con video conferencia y con metodologías más avanzadas como el e-learning. Si Jesús se subió a una barca para que lo escuchen mejor, nosotros queremos subirnos a la Internet para llegar más y mejor. Eso es posible con un trabajo colaborativo de cevequianos de múltiples naciones que ponen sus dones y experiencia al servicio de la comunidad.



7) ¿A la luz de Fátima 2008, crees tú que somos ya una comunidad profética?

Como suelen ser las cosas, este es un proceso, es un camino iniciado hace ya algún tiempo. En Fátima se constata la posibilidad y se comienza a difundir y nos empezamos a entusiasmar con la idea. Profetismo ha habido siempre cuando fieles a la metodología de los ejercicios, antes de salir a hacer cosas, nos detenemos a escuchar y mirar con los oídos y los ojos del Señor, para sentir lo que El siente. Eso es un camino largo con éxitos y caídas. Lo que puso Fátima es que lo hace explícito. Siempre también nos faltará harto que perfeccionar, pero lo importante es que vamos por esa senda, tratando de ser una comunidad profética. Ahora que tenemos conciencia de ello y de los medios para avanzar más, no me cabe duda que iremos siendo cada vez más un verdadero cuerpo apostólico profético.


8) ¿Qué nos puedes comentar de la situación de tu país a pocos meses del fuerte terremoto que causó graves daños en su país?

El país y muchos de nosotros hemos quedado marcados por este terremoto y tsunami. Algunos tenemos el recuerdo vivo de una situación tremenda de la fuerza de la naturaleza y la impotencia y pequeñez nuestra. Otros peor, quienes perdieron familiares o amigos o su casa, su barrio. Ha sido una experiencia muy fuerte en que se han mezclado muchas cosas. Nos quedó claro que teníamos precariedades enormes y que ciertamente no estábamos bien preparados para un sismo de esta magnitud. Nos queda en el corazón un primer momento de desconcierto, donde además se desataron los demonios y junto al miedo de las réplicas se sufrían saqueos y violencia. Pero sobre ello apareció una ola enorme de ayuda solidaria. Caravanas de jóvenes que partían a ayudar en lo que fuera. En un par de meses se levantaron casi 50.000 viviendas de emergencia, la mitad de ellas con frentes apostólicos de voluntarios y la otra mitad con la ayuda de contingente militar que dejaron los fusiles por martillos y serruchos. Sufrimos harto, y muchos siguen sufriendo. Para algunos la vida ha comenzado a continuar, pero para muchos hay un quiebre enorme en sus vidas. Hay que reconstruir casas, puentes, hospitales y caminos. Pero también hay que reconstruir hogares y relaciones humanas, vencer el miedo, la soledad y la desesperanza. Hay un desafío enorme en lo material y espiritual. Acoger, acompañar, llevar un mensaje de esperanza se combina con las necesidades materiales. Aprendimos que de la oscuridad y la desolación, surge la luz encarnada en corazones solidarios, experimentamos la gracia de darnos cuenta que no estamos solos. Los mensajes y las oraciones de la CVX latinoamericana las sentimos fuertes. También recibimos emocionados ayuda financiera que con esfuerzo recolectaron hermanos de otros países. Entonces, una de las palabras que hemos aprendido a pronunciar es: GRACIAS SEÑOR.



9) Envía un saludo a todos los lectores de nuestro Blog

Un abrazo a todos, agradecerles que hayan leído hasta este párrafo, eso indica que en el fondo realmente estamos interesados unos de otros. En la medida que vamos saliendo hacia el exterior de nuestra comunidad pequeña, unirnos con los de las otras regiones de nuestros países podremos potenciar nuestro trabajo apostólico. Y si salimos de nuestros países a juntarnos entre países por nuestra América morena y por todo el mundo, se irá cumpliendo el sueño de sentir y actuar como una sola comunidad mundial que no es la suma de los frutos locales sino que es la multiplicación de ellos. Gracias amigos, por interesarse del proceso vivido por la CVX en Chile.
Estamos juntos en esto.

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