Esto fue lo que detectó una encuesta de 2006, a la que contestaron 22 jesuitas con cargos de diverso nivel en el gobierno o en la formación de la Compañía en América Latina.
Los dos grandes detrimenta son:
(a) Individualismo que dificulta mucho la vida en común; mucho aislamiento, cada cual entiende su tarea como espacio propio, sin buscar cómo integrarlas en las actividades de los demás; cada uno anda en lo suyo, y como cada uno tiene lo que necesita para sí….; internet y microondas favorecen actitudes individualistas; de parte de los demás, el respeto de hace ‘respetismo’, porque nadie dice al otro lo que no le parece bien de su forma de proceder; hay excesiva independencia de los miembros de la comunidad con el superior y entre sí.
(b) Activismo: la sobrecarga de trabajo dificulta mucho la vida en común, y, a veces, se convierte en un refugio para evitar encontrarse y con el otro; el activismo afecta la vida comunitaria y de oración personal y comunitaria; en general, ritmos de vida con exceso de trabajo que afecta a la calidad de la comunicación.
CPAL
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