Francisco de Roux, Provincial de los Jesuitas en Colombia,
emitió este comunicado de respaldo a Javier Giraldo, S.J.
ante las amenazas recibidas
y su posición frente a la justicia colombiana.
En los últimos días han aparecido grafitis en la ciudad de Bogotá contra el Padre Javier Giraldo S.J. que buscan destruir su buen nombre y autoridad moral, y que incitan a asesinarlo.emitió este comunicado de respaldo a Javier Giraldo, S.J.
ante las amenazas recibidas
y su posición frente a la justicia colombiana.
Como Superior de Javier Giraldo S.J., quiero expresar públicamente que él es miembro de nuestra comunidad y que tiene todo el apoyo de la Compañía de Jesús en su lucha por los derechos humanos.
Durante treinta años, con entrega incondicional a las víctimas y con rigor impresionante para demostrar la evidencia de sus afirmaciones, Javier Giraldo S.J. ha estado denunciando a los violadores de los Derechos Humanos. Ha acompañado esas denuncias con todas las pruebas y ha pedido a la justicia colombiana que actúe. Ha sido testigo extraordinario de la manera como esta justicia ha dejado en la impunidad a los criminales.
Los que hemos seguido la lucha de Javier Giraldo S.J. por la verdad y la justicia entendemos por qué él llegó, después de numerosas evidencias, a concluir en el fuero interno de su conciencia personal que no podía creer en la justicia colombiana, que no podía declarar ante ella y que no buscaría más que se hicieran investigaciones adelantadas por esta justicia.
Sabemos que esta decisión contradice la obligación ciudadana de acatar las instituciones, sin embargo somos testigos de que es la integridad moral de Javier lo que lo ha llevado a esta posición de conciencia.
El Provincial de la Compañía de Jesús respeta profundamente a Javier en esta decisión en la que él pone en primer lugar la fidelidad a su conciencia y su coherencia y autenticidad humana aún a riesgo del castigo a que pueda ser sometido por esta misma justicia.
Frente a la campaña en grafitis para destruir el nombre y la persona, queremos dejar claro que nosotros vemos en Javier Giraldo S.J. un hombre del más alto valor moral, un serio buscador de la verdad, un luchador incansable al lado de los excluidos, un defensor sin condiciones de la dignidad humana, un convencido de que el Estado y sus fuerzas de seguridad deben estar al servicio de la vida y de la integridad de todos y de todas. Queremos dejar claro que Javier Giraldo S.J. no es ni ha sido jamás guerrillero como pretenden señalarlo sus detractores.
Javier no tiene más armas que convocar a que se diga la verdad, sin ofrecer recompensas a nadie para que sea fiel a su conciencia. Por eso ha rechazado con decisión la compra de testigos en la justicia colombiana. Por eso jamás ha aceptado que lo cuiden con armas de ninguna clase.
Javier Giraldo S.J. es un hombre de fe. Un seguidor hasta la muerte de Jesucristo. Un auténtico jesuita de profunda vida interior. Un compañero incansable de las comunidades pobres y desplazadas por la guerra.
Como Superior de los Jesuitas reitero el reconocimiento a la grandeza moral de Javier Giraldo S.J. e invito a todas los hombres y mujeres que entre nosotros buscan la verdad y la justicia a que rodeemos con nuestro apoyo moral a un hombre que nos ha enseñado con el mensaje de su vida a ser consistentes con Dios y con nosotros mismos.
Francisco de Roux, S.J.
Provincia Colombiana de la Compañía de Jesús
El Centro de Investigación y Educación Popular-Programa por la Paz (CINEP/PPP) manifiesta su rechazo ante los grafitis que han aparecido desde el 22 de abril de 2010 en diversos lugares de Bogotá, en contra del sacerdote jesuita, de 66 años, Javier Giraldo.
En los grafitis se expresan amenazas de muerte contra Giraldo, quien ha denunciado 201 crímenes y asesinatos cometidos por el Ejército Nacional, los paramilitares y la guerrilla en la Comunidad de Paz de San José de Apartadó desde el 9 de julio de 1996. Además, ha enviado 18 derechos de petición para denunciar un sin número de crímenes, los cuales en su casi totalidad permanecen en la impunidad.
Giraldo denunció a un general del ejército, Rito Alejo Del Río, de estar implicado con las bandas paramilitares y de llevar el terror a la conflictiva región del Urabá, en los departamentos de Antioquia y Chocó. Del Río, ya en retiro, está en prisión por el asesinato de un campesino cuando se desempeñaba como comandante de una brigada del ejército en Carepa, departamento de Antioquia.
También acusó a un grupo de militares y paramilitares de ser los autores del asesinato perpetrado en el municipio de Apartadó (Antioquia) de ocho personas, entre ellas tres menores de edad. En la actualidad, 11 uniformados están en la cárcel como coautores de ese homicidio colectivo. El sacerdote también denunció internacionalmente que en el municipio de Trujillo (Valle del Cauca), a unos 250 kilómetros al sureste de Bogotá, entre 1986 y 1994, una alianza conformada por militares, paramilitares y narcotraficantes asesinó selectivamente a unas 200 personas.
Rechazamos estas amenazas contra el P. Giraldo, quien ha intentado defender los derechos humanos y no dejar en la impunidad los crímenes e infracciones contra el Derecho Internacional Humanitario que se han cometido y se siguen cometiendo en Colombia. Estas amenazas son ciertamente una respuesta a su indeclinable compromiso con las víctimas de esta violencia.
Por eso el CINEP /PPP, como institución de la Compañía de Jesús, demanda que el Gobierno Nacional investigue quiénes son los culpables de estas amenazas y defina con claridad las medidas de protección que ofrece a las personas afectadas por ello, sin lo cual no puede existir una real garantía al trabajo de los defensores de derechos humanos.
AP.
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