martes, 15 de diciembre de 2009

El Evangelio de hoy



Jesús les preguntó:
—¿Qué opinan ustedes de esto? Un hombre tenía dos hijos, y le dijo a uno de ellos: ‘Hijo, ve hoy a trabajar a mi viñedo.’ El hijo le contestó: ‘¡No quiero ir!’ Pero después cambió de parecer, y fue. Luego el padre se dirigió al otro, y le dijo lo mismo. Este contestó: ‘Sí, señor, yo iré.’ Pero no fue. ¿Cuál de los dos hizo lo que su padre quería
—El primero —contestaron ellos.
Y Jesús les dijo:
—Les aseguro que los que cobran impuestos para Roma, y las prostitutas, entrarán antes que ustedes en el reino de los cielos. Porque Juan el Bautista vino a enseñarles el camino de la justicia, y ustedes no le creyeron; en cambio, esos cobradores de impuestos y esas prostitutas sí le creyeron. Pero ustedes, aunque vieron todo esto, no cambiaron de actitud para creerle.


¿Cómo se aplica en mi vida esta comparación? …
hay tres tipos de personas: Los que cuando tienen que aplicar el mensaje de Jesús lo postergan para después y actúan como mejor les parece a ellos ahora.
Los que acomodan el mensaje a lo que más le conviene, pensando que Dios no les puede pedir alguna cosa determinada.
Finalmente los que lo aplican con la mayor fidelidad posible. Honestamente, a cual de los tres tipos me he parecido más el último tiempo.
Pido hoy al Señor me ayude para poder con libertad ser más parecido al tercer tipo de personas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ES NECESARIO RECUPERAR EL SENTIDO LUDICO DE LO RELIGIOSO.
JESUS no fué un hombre "religioso", aunque no lo vemos charlar simplemente o reir en los evangelios, es lo más posible que asi lo hiciera, y que no siempre estuviera "achacando" a la gente con mandamientos imposibles de cumplir, y con comparaciones odiosas.
Lo que se conoce a la letra no es necesaraimente lo que dijo. Hay un desface entre el discurso oral directo y lo que un hombre, por inspirado que sea, consigue anotar.
La Iglesia está permanentemente recreando en su imaginario revelado, o trabajosamente elaborado, lo que Jesús pudo decir y lo que pueda eso significar ahora.
Asi como se descubren nuevos textos, asi como los teólogos redefinen más amplia y completamente su saber de salvación, para todos, asi mismo,
el pueblo de Dios trabaja la Viña en silencio, o de viva voz, para encontrar la Gracia que el mundo, en tanto en cuanto mundo, necesita para su Salvación.
En lo personal, no soy ninguno de esos "tipos de persona". Soy un buscador de la verdad, y tan pronto como presumo encontarla, descubro que tiene un sentido distinto cuando el prójimo me interpela, para usar una palabra conocida.
Gracias.

Anónimo dijo...

SIMBOLISMO DEL ARBOL DE NAVIDAD.
Se han dicho cosas muy negativas de este árbol, para mi tan Evangélico como el sicomoro o el olivo o la palma.
El árbol es la negación de los misterios paganos representados por la higuera seca.
Une el cielo y la tierra y da doce frutos, como el mítico árbol de la salud de las naciones. ¿Son relativos a los apóstoles? Puede que si, son salud para todos, o diversas versiones HUMANAS de un misterio inefable.
Aún más: al pié del tronco, en su base, de esta planta frutal no apta para ser cruz por la dulzura de su madera, nace el niño Jesús.
Su sombra lo acoge, lo protege del inclemente sol de Israel, y de su noche llena de peligros, como los vientos de arena, y las alimañas, simbolos de satán.
Es una version y una opinión, no al pasar, porque quien pasa bajo el árbol observa los luminares celestes, y cómo la estrella parece besar la copa del pino o araucaria.
También vé aves símbolos de seres angélicos, que, con sus huevos, cambian el sentido condenatorio de la tentación estéril, del paraiso original, por la fecundidad de la Revelacion plena y católica universal.
Muchas personas prefieren el simbolismo de la Gruta, que tan importante papel jugó en los orígenes del hombre, o prefieren el establo, o la pesebrera, simbolo del Portal Dimensional transhistórico del reino que adviene.
Como sea, son sólo unas cuantas divagaciones apasionadas como diría Pio Baroja, son una simple doxa o paradoja que no toca ni pretente interrogar al dogma, sino comprenderlo mejor.
¡Feliz Navidad! ¡Felices los que descubren al Niño Dios en el hostal de su propio corazón desolado!