sábado, 26 de septiembre de 2015

FRANCISCO EN USA: El Papa reivindica que "la familia tiene carta de ciudadanía divina". Texto discurso del Papa y video completo


"El amor y la guerra. Nos toca a nosotros elegir. Nos toca a nosotros decidir el camino para andar"


"Dios siempre golpea los corazones, le gusta hacerlo", subraya Francisco ante miles de familias en Filadelfia


(Jesús Bastante).- No importó la hora, ni lo largo de la ceremonia que unió a casi 20.000 personas en el parque Benjamin Franklin de Filadelfia. El "Papa sin papeles" volvió a elaborar un discurso totalmente improvisado, casi un cuento, relatando la importancia de la familia en el plan de Dios. Unas palabras vibrantes, intensas, divertidas, porque hablar de la familia no debe resultar algo tedioso ni estirado. Al fin y al cabo, como se empeñó en recordar Francisco, todos hemos formado, y formamos, parte de alguna familia.
Antes del discurso improvisado de Bergoglio, el evento seguía unas directrices medidas hasta el milímetro, con multitud de rostros conocidos: Mark Wahlberg, que ejerció de maestro de ceremonias, la sencillamente espectacular Aretha Franklin, Juanes, Andrea Bocelli, la Orquesta de Filadelfia y multitud de artistas, así como varios testimonios de distintos tipos de familias católicas, procedentes de todo el mundo: dos novios, un matrimonio de ancianos, una mujer con dos hijos (uno de ellos afectado por parálisis cerebral), una familia jordana, una familia numerosa africana. El Papa, mientras les escuchaba, cansado pero emocionado, tomaba notas.

En la vigilia, se escuchó la parábola del hijo pródigo. Se trató de una ceremonia espectacular, aunque un tanto recargada, especialmente para Bergoglio, cuya salud se ha podido ver afectada a lo largo de estos días. Se le veía muy cansado... antes de tomar la palabra. En ese momento, Francisco se transformó. Volvió el Papa de las sonrisas, de los abrazos, de la voz firme y vibrante, que hizo un alegato a la belleza de las familias, que "nos lleva a Dios", y a todos los que dan testimonio de que "vale la pena la vida en familia" y de que "una sociedad crece fuerte, buena, hermosa y verdadera si se edifica sobre la base de la familia".
"Era tal el amor que tenía en sí mismo, ese amor entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, era tan desbordante, que ... esto no sé si es muy teológico, pero me lo van a entender...Era tan grande que no podía ser egoísta, tenía que salir de sí mismo para tener a quien amar fuera de sí. Y ahí Dios creó el mundo", proclamó Francisco, quien a pesar de reconocer dificultades (que comenzaron en el mismo momento en que la primera familia pecó, o en el momento en que un hermano mató a otro hermano), "una familia es verdaderamente familia, cuando son capaces de abrir los brazos y recibir todo ese amor". Aunque duela, y aunque constantemente estemos "picados" por "la astucia del demonio".
"La guerra. El amor, la belleza y la verdad de Dios, y la destrucción de la guerra. Y entre esas dos posiciones, caminamos nosotros hoy. Nos toca a nosotros elegir. Nos toca a nosotros decidir el camino para andar", insistió Francisco, quien señaló que, pese a todo, el amor de Dios "empezó a caminar con la Humanidad, empezó a caminar con su pueblo, hasta que llegó el momento maduro, les dio la muestra de amor más grande: su hijo. Y a su hijo ¿dónde lo mandó? ¿A un palacio, a una ciudad, a hacer una empresa? ¡Lo mandó a una familia! ¡Dios entró al mundo en una familia!"
Y es que "Dios siempre golpea las puertas de los corazones. Le gusta hacerlo. Le sale de adentro. Pero ¿saben qué es lo que más le gusta? ¡Golpear las puertas de las familias! Encontrar las familias, unidas, que se quieren, que hacen crecer a sus hijos y los educan, y los llevan adelante, y que crean una sociedad de bondad, de verdad y de belleza", apreció el Papa, quien reivindicó que "la familia tiene carta de ciudadanía divina" y suponen, pese a las dificultades, "una fábrica de esperanza".
En cuanto a esas dificultades, Bergoglio pidió superarlas con amor, pues "el odio no supera ninguna dificultad. La división de los corazones no supera ninguna dificultad. Solamente el amor es capaz de superar la dificultad. El amor es fiesta, el amor es gozo, el amor es seguir adelante".
Para terminar, "porque esto se hace demasiado largo", el Papa marcó "dos puntitos de la familia", el cuidado de los niños y los abuelos. "Los niños y los jóvenes son el futuro, son la fuerza, los que llevan adelante, son aquellos en los que ponemos esperanza. Los abuelos son la memoria de la familia, son los que nos dieron la fe, nos transmitieron la fe", y animó a cuidar de ambos, porque "un pueblo que no sabe cuidar a los niños y que no sabe cuidar a los abuelos, es un pueblo sin futuro, porque no tiene la fuerza ni la memoria que lo lleve adelante".
Este fue el discurso improvisado del Papa Francisco (elaborado por RD)

Queridas familias: Gracias a quienes han dado testimonio
La belleza, es el camino para llegar a Dios. La belleza nos lleva a Dios.
Y un testimonio verdadero nos lleva a Dios, porque Dios también es la verdad, es la belleza y es la verdad. Y un testimonio dado para servir, es bueno, nos hace buenos, porque Dios es bondad. Nos lleva a Dios. Todo lo bueno, todo lo verdadero y todo lo bello nos lleva a Dios.
Porque Dios es bueno, Dios es bello, Dios es verdad. Gracias a todos, a los que nos dieron un mensaje aquí, y a su presencia, que también es un testimonio, un verdadero testimonio de que vale la pena la vida en familia, de que una sociedad crece fuerte, crece buena, crece hermosa y crece verdadera si se edifica sobre la base de la familia.
Una vez, un chico me preguntó (los chicos preguntan cosas difíciles), me preguntó: Padre, ¿qué hacía Dios antes de crear el mundo? Les aseguro que me costó contestar. Y le dije lo que les digo ahora a ustedes: antes de crear el mundo, Dios amaba. Porque Dios es amor. Pero era tal el amor que tenía en sí mismo, ese amor entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, era tan desbordante, que ... esto no sé si es muy teológico, pero me lo van a entender... Era tan grande que no podía ser egoísta, tenía que salir de sí mismo para tener a quien amar fuera de sí. Y ahí Dios creó el mundo. Ahí Dios hizo esta maravilla en la que vivimos, y que como estamos un poquito "mareados", la estamos destruyendo. Pero lo más lindo que hizo Dios, dice la Biblia, fue la familia.
Creó al hombre y a la mujer, y les entregó todo. Les entregó el mundo. Crezcan, multiplíquense, cultiven la tierra, háganla producir y crecer... Todo el amor que hizo en esa Creación maravillosa, se la entregó a una familia.
Volvemos atrás un poquito. Todo el amor que Dios tiene en sí, toda la belleza, toda la verdad que Dios tiene en sí la entrega a la familia. Y una familia es verdaderamente familia, cuando son capaces de abrir los brazos y recibir todo ese amor.
Por supuesto, que el Paraíso Terrenal no está más acá, que la vida tiene sus problemas, que los hombres, por la astucia del demonio, aprendieron a dividirse. Y todo ese amor que Dios nos dio, casi se pierde. Al poquito tiempo, un primer crimen, el primer fratricidio: un hermano mata a otro hermano. La guerra. El amor, la belleza y la verdad de Dios, y la destrucción de la guerra. Y entre esas dos posiciones, caminamos nosotros hoy. Nos toca a nosotros elegir. Nos toca a nosotros decidir el camino para andar.
Pero volvamos para atrás. Cuando el hombre y su esposa se equivocaron, y se alejaron de Dios, Dios no los dejó solos. Tanto el amor, tanto el amor... que empezó a caminar con la Humanidad, empezó a caminar con su pueblo, hasta que llegó el momento maduro, les dio la muestra de amor más grande: su hijo. Y a su hijo ¿dónde lo mandó? ¿A un palacio, a una ciudad, a hacer una empresa? ¡Lo mandó a una familia! ¡Dios entró al mundo en una familia! Y pudo hacerlo porque esa familia tenía el corazón abierto al amor, que tenía las puertas abiertas al amor. Pensemos en María, jovencita. No lo podía creer, cómo puede suceder esto. Y cuando le explicaron, obedeció.
Pensemos en José, lleno de ilusiones de formar un hogar, se encuentra con esta sorpresa que no entiende. Acepta, obedece. Y en la obediencia de amor de esta mujer, María, y de este hombre, José, se da una familia en la que viene Dios.
Dios siempre golpea las puertas de los corazones. Le gusta hacerlo. Le sale de adentro. Pero ¿saben qué es lo que más le gusta? ¡Golpear las puertas de las familias! Encontrar las familias, unidas, que se quieren, que hacen crecer a sus hijos y los educan, y los llevan adelante, y que crean una sociedad de bondad, de verdad y de belleza.
Estamos en la fiesta de la familia. La familia tiene carta de ciudadanía divina, ¿está claro? La carta de ciudadanía que tiene la familia se la dio Dios para que en su seno creciera cada vez más la verdad, el amor y la belleza.
Alguno de ustedes me pueden decir. Padre, usted habla así porque es soltero.... En la familia hay dificultades, en las familias discutimos, en las familias a veces vuelan los platos, en las familias los hijos traen dolores de cabeza... no voy a hablar de la suegra... Pero, en las familias, siempre, siempre hay cruz. Porque el amor de Dios, el hijo de Dios, nos abrió también ese camino. Pero en la familia, también después de la cruz hay resurrección. Porque el hijo de Dios nos abrió ese camino, por eso la familia es, perdónenme la palabra, es una fábrica de esperanza, de esperanza de vida y resurrección. Dios fue el que abrió ese camino.
Y los hijos. Los hijos dan trabajo. Nosotros como hijos dimos trabajo. A veces, en casa, veo a algunos de mis colaboradores que vienen a trabajar con ojeras... Tienen un bebé de un mes, dos meses. Y le pregunto, ¿no dormiste? Nos lloró toda la noche. En la familia hay dificultades, pero esas dificultades se superan con amor. El odio no supera ninguna dificultad. La división de los corazones no supera ninguna dificultad. Solamente el amor es capaz de superar la dificultad. El amor es fiesta, el amor es gozo, el amor es seguir adelante.
Y no quiero seguir hablando, porque se hace demasiado largo, pero quisiera marcar dos puntitos de la familia, en los que quisiera se tuviera un especial cuidado, no sólo quisiera, tenemos que tener un especial cuidado. Los niños, y los abuelos. Los niños y los jóvenes son el futuro, son la fuerza, los que llevan adelante, son aquellos en los que ponemos esperanza. Los abuelos son la memoria de la familia, son los que nos dieron la fe, nos transmitieron la fe. Cuidar a los abuelos y cuidar a los niños es la muestra de amor no sé si más grande, pero diría más promisoria de la familia, porque promete el futuro. Un pueblo que no sabe cuidar a los niños y que no sabe cuidar a los abuelos, es un pueblo sin futuro, porque no tiene la fuerza ni la memoria que lo lleve adelante.
Y bueno... la familia es bella, pero cuesta. Hay problemas. En la familia a veces hay enemistades. Marido se pelea con la mujer, o se miran mal, o los hijos con el padre. Les sugiero un consejo: nunca terminen un día sin hacer la paz en la familia. En una familia no se puede terminar el día en guerra.
Que Dios los bendiga, que Dios les dé fuerza, que Dios los anime a seguir adelante. Cuidemos la familia, defendamos la familia, porque ahí, ahí, se juega nuestro futuro. Gracias, que Dios les bendiga, y recen por mí, por favor.

Pope Francis in the USA- Celebration for families and vigil of prayer

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