Conversando con Benito Baranda

Benito Baranda, miembro de CVX, Director Social del Hogar de Cristo y miembro del Directorio de la Fundación para la Superación de la Pobreza, participó en el Seminario Apostólico CVX, ¿Cómo hacer crecer el apostolado?, organizado por CVX Santiago, haciendo una presentación titulada "Padre Hurtado y la sociedad hoy".

Al finalizar conversamos con él sobre el tema del apostolado y la CVX

Pregunta: ¿Cómo ves a la CVX hoy día, en este tema del apostolado?
Benito: Yo creo que en general las personas que somos cristianos nos hemos encapsulado más en nuestra vida cotidiana; nos ha costado más en salir permanentemente a servir a los demás y lo hacemos circunstancialmente y yo creo que la comodidad nos ha ido comiendo parte de nuestra vida cotidiana.
Tenemos una vida más cómoda que la que teníamos en el pasado y al tener una vida más cómoda también nos cuesta más salir de nosotros mismos para ponernos a disposición de otros.
Teniendo mayores conocimientos hoy día, mayores habilidades e inclusive mayores recursos que los que se tenían en el pasado, donde las cosas eran bastante más precarias y donde uno tenía que trasladarse, seguramente con mucha dificultad, a los lugares donde se servían y estar en muy malas condiciones, a veces, sirviendo.
Y yo creo que eso es parte de lo que ocurre en general, no solamente en la CVX, sino que ocurre en general, pero la CVX tiene la gracia que por su vida interior y por la espiritualidad que la sustenta, tiene mayores posibilidades de romper con ese, como “sedentarismo apostólico” y yo creo que ese sedentarismo apostólico se puede romper con mayor pasión –no solamente con una mayor exigencia sino con mayor pasión- en relación a nuestra propia espiritualidad para ponerla al servicio de los demás.
Y yo creo que ese es un camino que hay que seguir explorando desde la CVX

P: ¿Esto es fácil o difícil de lograrlo?
Benito: Yo creo que es muy difícil porque el mundo va en sentido contrario. Pero me imagino que también para la época de San Ignacio, el mundo iba en sentido contrario; para la época de San Francisco Javier, el mundo iba en sentido contrario –más todavía para la época de San Francisco Javier, donde el mundo efectivamente iba en un sentido, muy, muy contrario, en el contexto que le tocó estar a él.

P: Por lo tanto ¿Cuáles serían los desafíos específicos que tenemos nosotros como CVX?
Benito: Primero, no perder la vida comunitaria y en la vida comunitaria, no perder la oración.
Mantenernos vinculados a los Ejercicios y dejar el espacio cotidiano al servicio y escoger en qué espacio voy a servir.
Puede ser que a lo mejor, yo no voy a ir a servir a un lugar muy alejado del territorio donde estoy, pero puede ser que mi servicio en la Parroquia de mi vecindario con mucha alegría y sin queja y con un párroco que a lo mejor me cae muy mal, pero que necesita de mi apoyo y de mi acompañamiento. Y que lo voy a tener que aprender a querer y a respetar.
El servicio puede ser dentro de mi propio hogar, con mis propios hijos; el servicio puede estar vinculado estrechamente al circuito familiar más extenso, a una abuela, a un pariente que yo tengo que alojar en mi casa y recibirlo y tengo que esforzarme para que esa persona se sienta bien acogida por mí.
El servicio puede estar en mi trabajo, en tantos espacios del trabajo donde yo maltrato a la otra gente, no me relaciono con otro porque tienen distintas creencias u ideología y los termino tratando mal o no vinculándome con ellos.
Y así, yo creo que el servicio tiene expresiones como el Espíritu las manda.
Si el Espíritu las manda y a veces nosotros no las escuchamos.