lunes, 23 de julio de 2018

ASAMBLEA MUNDIAL. EL INICIO (1)



La XVII Asamblea Mundial de la CVX se inauguró con el mensaje de bienvenida del Presidente de la CVX Mundial Mauricio López




"Superemos todas las tentaciones de autoreferencia, autosuficiencia o autocomplacencia"
El mundo necesita una CVX creativa y en salida"
Mauricio López
Pdte.  de la CVX Mundial


Luego se dio lectura de los mensajes del Papa y el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida. 





Al señor Mauricio López Oropeza
Presidente de la Comunidad
de Vida Cristiana Mundial

Vaticano, 9 de junio de 2018

Queridos Hermanos:
He recibido tu atenta carta, en la que me informas de la celebración vuestra Asamblea Mundial 2018, cuando se cumplen los 50 años de vuestro caminar como Comunidad de Vida Cristiana. Con este motivo quieren orar y reflexionar  juntos para que el Señor les conceda una mayor profundidad en la vivencia de vuestro carisma y así, ahondando en el carisma recibido, sigan siendo un regalo para la Iglesia y para el mundo.

Pero este reconocer el don y la gracia que el Señor les ha concebido en estos años los ha de llevar, en primer lugar, a una humilde acción de gracias porque Jesús se ha fijado en ustedes más allá de sus cualidades y virtudes. Pero al mismo tiempo, esto supone una llamada a la responsabilidad, a salir ustedes mismos e ir al encuentro de los demás, para alimentarlos con el único paz capaz de saciar el corazón humano el amor de Cristo. Que la "ilusión gnóstica" no los desoriente.

En el centro de vuestra espiritualidad ignaciana está el querer contemplativos en la acción. Contemplación y acción, las dos dimensiones juntas: porque solo podemos entrar en el corazón de Dios a través de las llagas de Cristo, y sabemos que Cristo está llagado en los hambrientos, en los ignorantes, los descarriados, los ancianos, los enfermos, los encarcelados, en toda carne humana vulnerable.


Conducirse con un estilo de vida cristiano, de intensa vida espiritual y de trabajo por el Reino, significa dejarse plasmar por el amor de Jesús, tener sus mismos sentimientos (cf Flp 2,5), preguntarse continuamente: ¿Que he hecho por Cristo?, ¿Qué hago por Cristo? ¿qué debo hacer por Cristo? (cf EE 53).

Les agradezco la entrega y amor a la Iglesia y a los hermanos, y los animo a seguir haciendo presente a Cristo en su ambiente, dando sentido apostólico a todas sus ocupaciones.

Y, por favor, no dejen de rezar por mi. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide

Fraternalmente
Francisco

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