domingo, 26 de enero de 2014

LECTURAS PARA EL DÍA DE HOY



III DOMINGO ORDINARIO 

PRIMERA LECTURA
Isaías: 8, 23-9, 3
Los que andaban en tinieblas vieron una gran luz.La profecía de Isaías que escucharemos como primera lectura incluye el oráculo en el que se decía –y el pueblo de Israel estaba convencido— como y donde se iniciaría la andadura del Mesías, que iba a ser luz que ilumina el mundo. El pasaje, además, tiene resonancias navideñas, del tiempo de la Epifanía.
En otro tiempo, el Señor humilló al país de Zabulón y al país de Neftalí; pero en el futuro llenará de gloria el camino del mar, más allá del Jordán, en la región de los paganos.
El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en tierra de sombras, una luz resplandeció. Engrandeciste a tu pueblo e hiciste grande su alegría. Se gozan en tu presencia como gozan al cosechar, como se alegran al repartirse el botín. Porque tú quebrantaste su pesado yugo, la barra que oprimía sus hombros y el cetro de su tirano, como en el día de Madián. 
Palabra de Dios

SALMO
Del salmo 26Este salmo 26 es de los que cantaban los peregrinos al ver a lo lejos la ciudad de Jerusalén. Expresan los sentimientos de dicha y esperanza cumplida por haber llegado a la Ciudad Santa, donde habita el Señor Dios que ayuda a los que confían en Él. Para nosotros puede –y debe—significar un ejercicio pleno de confianza en el Padre Bueno que nos acompaña en nuestro camino.
R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién voy a tenerle miedo?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién podrá hacerme temblar? R/.
Lo único que pido, lo único que busco,
es vivir en la casa del Señor toda mi vida,
para disfrutar las bondades del Señor
y estar continuamente en su presencia. R/.
La bondad del Señor espero ver en esta misma vida.
Ármate de valor y fortaleza
y en el Señor confía. R/.

SEGUNDA LECTURA
1 Corintios: 1, 10-13. 17
Que no haya divisiones entre ustedes.En la segunda lectura Pablo de Tarso pone el dedo en la llaga sobre las divisiones de los fieles que seguimos viviendo y sufriendo. Son los personalismos de los fieles de Corinto los que explica San Pablo en su carta, pero que son perfectamente aplicables a nuestros tiempos. Y todos entendemos perfectamente a lo que se refiere el Apóstol, porque somos culpables –aquí y ahora--de mantener preferencias sin razón y “capillitas” que impiden la paz y la concordia en el seno de la Iglesia.
Hermanos: Los exhorto, en nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que todos vivan en concordia y no haya divisiones entre ustedes, a que estén perfectamente unidos en un mismo sentir y en un mismo pensar.
Me he enterado, hermanos, por algunos servidores de Cloe, de que hay discordia entre ustedes. Les digo esto, porque cada uno de ustedes ha tomado partido, diciendo: "Yo soy de Pablo, yo de Apolo, yo de Pedro, yo de Cristo". ¿Acaso Cristo está dividido? ¿Es que Pablo fue crucificado por ustedes? ¿O han sido bautizados ustedes en nombre de Pablo?
Por lo demás, no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el Evangelio, y eso, no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo. 
Palabra de Dios

EVANGELIO
San Mateo: 4, 12-23
Fue a Cafarnaúm y se cumplió la profecía de Isaías.San Mateo, en el evangelio, alude al cumplimiento de la profecía de Isaías, que hemos oído como primera lectura, cuando Jesús se instala en Cafarnaún y comienza su predicación en Galilea. Y es también para nosotros el inicio regular de la lectura del texto de Mateo que seguirá durante todo este año litúrgico, dentro del ciclo A.
Al enterarse Jesús de que Juan había sido arrestado, se retiró a Galilea, y dejando el pueblo de Nazaret, se fue a vivir a Cafarnaúm, junto al lago, en territorio de Zabulón y Neftalí, para que así se cumpliera lo que había anunciado el profeta Isaías:
Tierra de Zabulón y Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los paganos. El pueblo que yacía en tinieblas vio una gran luz. Sobre los que vivían en tierra de sombras una luz resplandeció.
Desde entonces comenzó Jesús a predicar, diciendo: "Conviértanse, porque ya está cerca el Reino de los cielos".
Una vez que Jesús caminaba por la ribera del mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado después Pedro, y Andrés, los cuales estaban echando las redes al mar, porque eran pescadores. Jesús les dijo: "Síganme y los haré pescadores de hombres". Ellos inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que estaban con su padre en la barca, remendando las redes, y los llamó también. Ellos, dejando enseguida la barca y a su padre, lo siguieron.
Andaba por toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando la buena nueva del Reino de Dios y curando a la gente de toda enfermedad y dolencia.
Palabra del Señor

1 comentario:

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