martes, 4 de noviembre de 2008

Padre Pedro Ossandón, nuevo Obispo Auxiliar de Concepción


El hasta ahora Vicario de la Zona Norte de Santiago, Padre Pedro Ossandón, fue designado Obispo Auxiliar de Concepción por el Papa Benedicto XVI, quien colaborará con el Arzobispo de esa arquidiócesis, Monseñor Ricardo Ezzati, en el gobierno de esa Iglesia local.
Al presentar a la prensa al nuevo designado Obispo, el Cardenal Francisco Javier Errázuriz afirmó que “no fue una sorpresa para nadie que el Santo Padre se hubiera fijado en él. Ya desde su ordenación sacerdotal fue recibiendo mucha confianza de los obispos con los que trabajaba y también de los sacerdotes”.
Además de su actual cargo en al Zona Norte, el Padre Pedro Ossandón desempeñó su ministerio sacerdotal en San Gregorio, Villa O’Higgins y la Legua, de la Zona Sur, donde fue decano. Posteriormente, los obispos le pidieron que fuera secretario adjunto del episcopado; predicó retiros y Comentó el Evangelio en Canal Trece, del cual fue su capellán. Además, fue pastoralista en el Instituto Teológico Pastoral del CELAM, para enseñar en América Latina lo que es la parroquia.
Al comentar su designación como Obispo Auxiliar de Concepción, el Cardenal Errázuriz confesó que “lo vamos a echar mucho de menos. En el último tiempo ha sido Vicario de la Zona Norte y tenía una relación extraordinariamente positiva con los sacerdotes, los congregaba, les abría espacios de fraternidad, de oración, de cercanía. Algo muy notable”.
Gratitud al Papa y a la Iglesia
En declaraciones a la prensa, el Padre Ossandón agradeció, primero, al Papa “por esta confianza no solamente para mi persona, sino que también par la Iglesia chilena”. Indicó que este nombramiento “es una cercanía del Papa para con la Iglesia en Chile” y que en esta iniciativa del Santo Padre “se revela la cercanía de Dios con nosotros, que está muy vivo, muy presente”.
Después, dio gracias a la Arquidiócesis de Santiago. “Soy hijo de esta Iglesia en la persona de nuestro Arzobispo”, dijo, y agregó que “la de Santiago ha sido una Iglesia que ha estado siempre preocupada sobre todo de las solicitudes de todo el pueblo fiel, especialmente de los que más sufren”.
Luego, el nuevo Obispo Auxiliar de Concepción agradeció a la Iglesia en América Latina, “un continente que tiene tantas heridas y necesita tanto consuelo y la buena noticia del Evangelio”. Respecto de los lugares de Santiago en que ejerció su ministerio, señaló que “dejo amistades por doquier, familias maravillosas y el tesoro más grande de la Iglesia en Santiago, los más pobres, los más sufridos, donde he descubierto que Jesucristo está vivo”.
Su primer saludo a Concepción
fraternal saludo a todos los fieles laicos, religiosas, religiosos, sacerdotes, diáconos y, por supuesto, al Arzobispo de Concepción. Conozco muy de cerca a Monseñor Ezzati, he trabajado al servicio de él y me da una alegría muy grande participar desde mis flaquezas, mi fragilidad, y en esa confianza quiero colaborar para servir a todos los hombres y mujeres de la Arquidiócesis de Concepción”.
Un regalo profético
Fue hijo espiritual del recientemente fallecido Obispo Carlos González, quien supo el 14 de agosto que iba a morir “y lo asumió serenamente. Lo fui a ver tres días después con Monseñor Chomali y Monseñor Contreras. Don Carlos me dio la gracia del perdón, pero, antes de confesarme, me regaló su anillo episcopal y su solideo. Me pregunté por qué me lo regalaba a mí, mejor que lo haga a alguien que vaya a ser Obispo. Y me dijo: ‘Usted, cuando le ofrezcan ser Obispo, acepte’. Por eso a él le pido que me ayude a ser un buen Obispo”.
Una esperanza desbordante
En cuanto a la Iglesia actual y la tarea que le asigna la V Conferencia de Aparecida en el continente, el Padre Pedro Ossandón señaló que “tengo una esperanza desbordante. He sido testigo cómo Aparecida ha vuelto a despertar, sobre todo, el encuentro con Jesucristo. Es nuestro Señor, es el Dios con nosotros, el que nos dejó el regalo más grande que es la Iglesia, una Iglesia abierta, amable, desarmada, que no quiere imponer nada a nadie ni pisotear absolutamente ninguna conciencia; una Iglesia que quiere ser discípula y misionera de Jesucristo, dispuesta a renovar todo lo que sea necesario para anunciar la integridad del Evangelio, y que llegue a todo hombre y toda mujer”.
Un pastor de la comunión
Agregó que éste “es un momento de gran renovación que nos obliga a todos sobre todo en el cultivo de relaciones que puedan superar en Chile prejuicios, intolerancias. Quisiera ser un pastor de la comunión, pero de la comunión construida en la verdad, la justicia, y en eso Chile ha dado pasos enormemente grandes, y creo que hoy día nos toca –y estamos en deuda todavía- de cultivar el perdón, la reconciliación. Un pueblo se llena de gozo, se llena de alegría cuando en sus procesos democráticos, políticos y económicos, buscando el bienestar de todos, el servicio al bien común, da el paso del perdón, de la misericordia de Dios. Y, ¡por Dios, que necesitamos dar de raíz ese paso! Me parece que es una de las grandes tareas que puede -con vigor, con claridad, con fuerza y humildad- ofrecer la Iglesia chilena al país”.
El designado nuevo Obispo chileno aprovechó esta oportunidad para “invitar a todos, sin excepción, para que anunciemos esta buena noticia de la vida nueva en Jesucristo”.
Obispo el día de la Virgen de Guadalupe
El Padre Pedro Ossandón será consagrado Obispo el 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe, Patrona de América, a las 19:00 horas, en la Catedral de Concepción.Anunció, además, que se despedirá de Santiago con una misa en la parroquia San Cayetano, en La Legua, “para darle gracias a la Iglesia de Santiago cómo ahí me enseñó a ser sacerdote”.
Iglesia.cl

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