martes, 4 de noviembre de 2008

El evangelio de hoy


Lucas 14. 1.15-24.

Sucedió que un sábado Jesús fue a comer a casa de un jefe fariseo, y otros fariseos lo estaban espiando.
Al oir esto, uno de los que estaban sentados a la mesa le dijo a Jesús:
—¡Dichoso el que participe del banquete del reino de Dios!
Jesús le dijo:
—Un hombre dio una gran cena, y mandó invitar a muchas personas. A la hora de la cena mandó a su criado a decir a los invitados: ‘Vengan, porque ya la cena está lista.’ Pero todos comenzaron a disculparse. El primero dijo: ‘Acabo de comprar un terreno, y tengo que ir a verlo. Te ruego que me disculpes.’ Otro dijo: ‘He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlas. Te ruego que me disculpes.’ Y otro dijo: ‘Acabo de casarme, y no puedo ir.’ El criado regresó y se lo contó todo a su amo. Entonces el amo se enojó, y le dijo al criado: ‘Ve pronto por las calles y los callejones de la ciudad, y trae acá a los pobres, los inválidos, los ciegos y los cojos.’ Más tarde, el criado dijo: ‘Señor, ya hice lo que usted me mandó, y todavía hay lugar.’ Entonces el amo le dijo al criado: ‘Ve por los caminos y los cercados, y obliga a otros a entrar, para que se llene mi casa. Porque les digo que ninguno de aquellos primeros invitados comerá de mi cena.’



El Señor me invita a vivir según sus valores. Pero el mundo me ata a sus propios valores.



¿Qué me impide ser más solidario, qué me impide amar más, qué me impide compartir más, qué me impide servir más?.



El Señor me invita a ese banquete del Reino. El mundo me ata a otros valores.



¿Qué excusas le doy para no asistir a su banquete?

No hay comentarios: