lunes, 3 de noviembre de 2008

El Evangelio de hoy


Lucas 14. 1. 12-14.

Sucedió que un sábado Jesús fue a comer a casa de un jefe fariseo, y otros fariseos lo estaban espiando. Dijo también al hombre que lo había invitado: —Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos; porque ellos, a su vez, te invitarán, y así quedarás ya recompensado. Al contrario, cuando tú des un banquete, invita a los pobres, los inválidos, los cojos y los ciegos; y serás feliz. Pues ellos no te pueden pagar, pero tú tendrás tu recompensa el día en que los justos resuciten.



Contemplo mi vida. ¿A quienes dedico mi tiempo? …


¿A quienes sirvo más? …


¿Cuáles son las personas hacia quienes va dirigida mi acción? …


¿Pueden esas personas retribuir de alguna forma mi servicio? … (en la casa, en el barrio, en el trabajo, en los estudios, etc.)



¿A quienes podría servir gratuitamente?


¿Quiénes no tienen como retribuir mi trabajo? …


¿porqué no dedicarle tiempo y esfuerzo a ellos aunque no sea “rentable”?


¿por donde empezar?


¿A quienes servir con ganas?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si, Señor, somos Socialistas, y nuestro Partido invita a cenar y beber a los pobres y desvalidos.
Hay quienes, vistiendo sus mejores galas, celebran no una sino sucesivas bodas Católicas ricamente servidas, y nos dicen:
"Miren ESOS como compran los votos y el favor del Pueblo".
Y mi amigo O.C. pudiendo haberse hecho rico, lo perdió todo por el pueblo que tanto ama.
Y mi amigo es ateo. Y no hay Dios que lo consuele, ni recline su cabeza.