sábado, 1 de noviembre de 2008

El Evangelio de hoy


Al ver la multitud, Jesús subió al monte y se sentó. Sus discípulos se le acercaron, y él tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo:
Dichosos los que tienen espíritu de pobres, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que sufren, porque serán consolados., Dichosos los humildes, porque heredarán la tierra prometida. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque serán satisfechos. Dichosos los compasivos, porque Dios tendrá compasión de ellos. Dichosos los de corazón limpio, porque verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque Dios los llamará hijos suyos. Dichosos los perseguidos por hacer lo que es justo, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos ustedes, cuando la gente los insulte y los maltrate, y cuando por causa mía los ataquen con toda clase de mentiras. Alégrense, estén contentos, porque van a recibir un gran premio en el cielo; pues así también persiguieron a los profetas que vivieron antes que ustedes




Me imagino sentado en el césped, escuchando a Jesús.


Su voz es fuerte y se escucha claro.



Leo lentamente cada una de las bienaventuranzas.



Lo hago al compás, dejando un tiempo entre cada una de ellas, repitiéndola suavemente.



¿cuál me llega más a mi vida actual?


¿Con cual me siento más identificada(o)?


¿En cual siento más paz y alegría al escucharla?



Vuelvo a repetir esa que me llegó más. ….


Doy gracias al Señor por ese mensaje lleno de esperanza.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

MUY POCAS VECES EN VERDAD QUEDA TAN PRISTINAMENTE CLARO QUE SE TRATA DE PALABRAS DIVINAS, DICHAS POR QUIEN FUERA LLAMADO CON TODA JUSTICIA HIJO DE DIOS.
Las Bienaventuranzas del Sermón de la Montaña es la Verdadera Promesa que Dios hace al hombre y la mujer que sinceramente perseveran en Su Doctrina.
EL, el Maestro. El, el verdadero Sofista. El, el poeta inspirado de los Salmos, El, la victima de todas las victimas, el siervo de todos. EL, el Hijo del
propio Dios. Más todavía: LA EPIFANIA DEL MISTERIO INFINITO.-

Anónimo dijo...

Decid tambien:
"Bienaventurados los Sabios que llegan sin sus libros hasta los pies de Cristo".
"Bienaventurados todos cuantos
buscan el perdón de la gracia de Dios",
"Y Bienaventurado quien toma su cruz de cada día y sigue al Señor, porque El es manso y humilde de corazón y dará reposo a su alma.
Porque en verdad su yugo es ligero
y el Amor hace ligera su carga y mas corto el camino del Reino"

Anónimo dijo...

¿A qué Cielo vamos?
¿A un Cielo sin víctimas, por tanto sin victimarios, por tanto dónde ya no es necesario el Perdón pues no hay ofensas?
¿A un Cielo sin injusticias, por tanto, sin luchadores por la Paz?
¿A un Cielo sin muertes, por tanto sin resurrecciones, y sin vida?
¿A un Cielo sin dolor, por tanto sin necesidad de mostrar misericordia y consuelo porque no hay aflicciones?
¿A un cielo abstracto, Platónico, de ideas puras, pero sin substancia y sin alma?
Pues NO.
Donde vamos es al Reino de Los Cielos dónde SIEMPRE serán válidas las palabras de la Bienaventuranza.-