jueves, 23 de julio de 2009

Guatemala, el país de los 20 asesinatos diarios


Las heridas de la guerra civil siguen sangrando y se suman a una escalada de violencia que también afecta a la Iglesia
(Javier F. Martín) Cada día se registran en Guatemala entre quince y veinte asesinatos, algo que en cualquier nación occidental provocaría fenómenos cercanos a la psicosis colectiva. Algunas personas, con miedo a reconocer la veracidad del dato, apuntan que la media de muertes en la actualidad supera a la media de fallecidos durante la guerra civil que sufrió el país entre 1960 y 1996. Las causas son numerosas: pobreza, marginación, delincuencia, proliferación de las maras, narcotráfico y, sobre todo, la permanente sensación de impunidad, la ausencia de justicia, que permea el país.
El obispo de Escuintla, Víctor Hugo Palma, reconoce que el trabajo de la justicia “se ve en que de cada cien asesinatos, tan sólo tres llegan a convertirse en proceso judicial, tan sólo tres se investigan. En Guatemala, para una población de catorce millones de habitantes, hay seis mil presos. Puede que ahora lleguen a siete mil reclusos”. La policía, nos confirman ciudadanos anónimos en los cuatro puntos cardinales de la nación centroamericana, se conforma con mirar para otro lado, impertérrita, preocupada a veces tan sólo de salvaguardar su propia vida o de buscar la forma de extorsionar a los ciudadanos a los que debería proteger.
El narcotráfico, la pobreza, la discriminación, el racismo, el analfabetismo, la prostitución, también confluyen en ese marasmo que hoy se llama Guatemala. Así lo reconoce Prudencio Rodríguez, misionero español en el país desde 1973, cuando señala que el guatemalteco “no es un pueblo aislado. Somos un pueblo con mucha relación mundial, así que los modelos de vida ciudadanos que nos vienen a través de los grandes medios de masificación, que otros llaman comunicación de masas, no concuerdan con los nuestros, y nos hacen soñar y desear a toda costa sobre todo el dinero fácil, que entra por la extorsión, que entra por la venta de droga, que entra por cosas de éstas… Todo ello ha traído una violencia tremenda para nuestra sociedad”.

Más información en el nº 2.669 de Vida Nueva.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"PONER LA OTRA MEJILLA"
¿Es Evangélica esta frase atribuida a Jesús, o es apócrifa?
"PERDONAR SETENTA VECES SIETE, AL DIA"
¿A quien se le dice? ¿Al delincuente? Entonces esperará que a EL le pongan la otra mejilla, que a EL le perdonen indefinidamente.
"PERDONA Y AMA A TUS ENEMIGOS"
Todos los que perdonaron y amaron a sus enemigos fueron corderos en la cena, "Señor Don Cura".
¿Y que tal si cambiamos un poco
los "roles"?
Perdone a JESUS por los latigazos que dió a diestra y siniestra, contra mercaderes o traficantes.
Perdone a JESUS cuando mandó a sus enemigos, y a los enemigos de la gente humilde y buena, al mismísimo infierno.
Y, sobretodo, perdone a JESUS
cuando dijo: "no quedará piedra sobre Piedra... a ésta generación perversa".
¡¡Que así sea!!