sábado, 13 de diciembre de 2008

Inaugurado el árbol de Navidad de la Plaza de San Pedro


Es el árbol más alto que se ha colocado en la Plaza de San Pedro.

El Cardenal Giovanni Lajolo, gobernador del Estado de la Ciudad del Vaticano, y el primer ministro de la Baja Austria, inauguraron este sábado el árbol de Navidad de 33 metros de altura colocado en la Plaza de San Pedro.

Las luces del árbol fueron encendidas en una tarde lluviosa en medio de cánticos austríacos y con la presencia de población austríaca y ciudadanos romanos.

Se trata de un árbol de 120 años y 33 metros de altura, que se convierte en el árbol más alto colocado en la plaza de San Pedro.

Ha sido decorado con cerca de 2000 bolas amarillas y blancas y coronado con una gran estrella. El portal de Belén que se está construyendo en la misma plaza, será inaugurado el 24 de diciembre.

Cuando fue entregado el árbol al Papa Benedicto XVI, dijo que el árbol de Navidad es un símbolo de vida.

Al término de las fiestas navideñas, la madera del árbol será utilizada para fabricar columpios para los niños, así como bancos para parques y escuelas.

ECCLESIA DIGITAL

2 comentarios:

Anónimo dijo...

LEYENDA MEDIEVAL.

Cantaron que la Cruz de Cristo
se habia transformado en Arbol.
Le fueron creciendo brotes,
ramajes nuevos, flores y frutos.
La eucaristia era este "árbol del pan" en su fructificación sobrenatural.
Pero Cristo se iba inscrustando,
subsumiendo en la Madera, hasta
ser EL mismo un árbol.
Asi el Redentor Divino devolvia
con su propio cuerpo la vida a los
maderos de su cruz.

Como sea, el árbol de navidad
no pudo tener este origen, sino también muchos otros.

Soñamos que sea verdad, lo buscamos y en verdad lo hallamos,
en la Plaza de San Pedro...
O en los Maderos de San Juan.
Que no murio en una cruz, sino en
Patmos.

Lo Soñamos.

Anónimo dijo...

ME ACUSAN

Me acusan de no Amarte,
Catolicam Ecclesiam,
ni saber de Tu hermosura,
me acusan de no amarte
cuando eres un retrato vivo
de Jesús en los Infiernos.

Me acusan de copiarte Ignacio,
cuando un mismo viento
quema nuestros Ojos.

VALENTES.
Y abiertos al pavor.