jueves, 11 de diciembre de 2008

El vangelio de hoy


Mateo 11, 11-15.

Yo se lo digo: de entre los hijos de mujer no se ha manifestado uno más grande que Juan Bautista, y sin embargo el más pequeño en el Reino de los Cielos es más que él. Desde los días de Juan Bautista hasta ahora el Reino de Dios es cosa que se conquista, y los más decididos son los que se adueñan de él. Hasta Juan, todos los profetas y la Ley misma se quedaron en la profecía. Pero, si ustedes aceptan su mensaje, Juan es este Elías que había de venir. El que tenga oídos para oír, que lo escuche.



Vuelvo a leer el texto, buscando lo que más me llega …


¿No me gustaría ser aunque fuera el último del Reino de Dios? …


Ese Reino que ahora es un regalo …


¿Qué puedo hacer para vivir hoy en el Reino? …


¿Qué actitud puedo cambiar para ser parte de ese gran regalo de Dios para mí? …


¿Qué es lo que más me llama la atención del Reino anunciado por Jesús? …


¿Cómo ser parte de el?

1 comentario:

Anónimo dijo...

EL REINO DE DIOS ES EL REGALO
QUE DIOS NOS TRAE EN NAVIDAD.
Al desempaquetarlo, con manos presurosas y torpes, no lo arruinemos todo.
Dejemos que, al menos, una pequeña parte, como en el Anciano Testamento, llegue a nosotros.
Y si podemos ser en verdad Hijos
de la Luz, cuya Madre María es la noche buena, entonces, el DON,
el REINO o REGALO de la PAZ
vendra de verdad "al dios de nuestros corazones" y seremos UNO con ese regalo que, pequeño o grande, sólo vale por Amor.
Ya que toda dádiva perfecta vine de Dios y vuelve a Dios, como nosotros en el mundo somos para el prójimo, y, al volver a la casa del Padre, siempre con las manos vacias, es en definitiva EL quien nos colma y nos perdona la presunción de haber sido nosotros quienes traiamos "las manos llenas".
Seamos entonces como un VIEJO PASCUERO, como hay tantos, y, sin embargo, distintos: tenemos llena la bolsa de algo que no nos pertenece (pues es de las Empresas), lo regalamos a niños que no son nuestros, pero lo hacemos solidariamente, con amor,
ya que la pascua de navidad arde
calor, y, finalmente, la paga es poca, es apenas un sueldo que no cubrirá los gastos. Sin embargo, como estos Viejos Pascueros, sabemos hacer milagros: transformamos las monedas obteniendo de unas muy pequeñas, otras más grandes, en tiempos de crisis, no ahorramos, gastamos mas pero mas habilmente, para ser "astutos como serpientes e inocentes como palominos".
¿Demasiado Humano? O, tal vez,
¿Puramente Divino?
Como pudiéramos reconciliar como Jesus, conciliar lo uno con lo otro.
Amigos: celebremos estas navidades en espera de los miles de miles de niños que nacen, trayendo, precisamente, ese regalo de la PAZ.
Dejémolos llegar, llorar despertando a medio-mundo, reuniendo a todos en torno suyo,
sonriedo para todos, y tendeniendo los brazos en un gesto de amor infinito, vestido con ropajes de temporalidad.
Es JESUS que viene en el Navio
Cósmico desde las lejanas esferas
de Orion, de La Ballena.
Y de Sirio, y de La Lira...