domingo, 5 de abril de 2009

El Ángelus del Papa en el Domingo de Ramos


La minas antipersona, los inmigrantes y los jóvenes centran su alocución
Domingo, 5 abr (RV).- Poner fin a la utilización de las minas antipersona, encontrar una solución para la situación desesperada que vive el pueblo africano, y la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en Madrid 2011, han sido los temas que el Santo Padre Benedicto XVI ha tocado durante su alocución previa al rezo mariano del Ángelus.

Recordando que ayer 4 de abril, Naciones Unidas celebró la cuarta jornada de sensibilización sobre el problema de las minas antipersona, el Pontífice evocó la necesidad de establecer medidas para poner fin a estas bombas, sobre todo tras los diez años pasado desde que se firmara la Convención para suprimir estas municiones:
“Deseo animara a los países que todavía no lo han hecho, a que firmen sin demora este importante instrumento del derecho internacional humanitario, al cual la Santa Sede ha dado siempre su apoyo. Del mismo modo, expreso mi apoyo a cualquier medida que se realice para garantizar la asistencia necesaria a las víctimas de estas armas devastadoras”.
Seguidamente el Santo Padre ha querido recordar a otras víctimas: los hermanos y hermanas africanos que recientemente fallecieron en el Mediterráneo mientras intentaban alcanzar las costas europeas.
Exhortando a no resignarnos ante estas tragedias que por desgracia se repiten en el tiempo, Benedicto XVI ha recordado que las dimensiones de este fenómeno hacen que “cada vez sea más urgente la elaboración de una estrategia coordinada entre la Unión Europea y los estados africanos”, al mismo tiempo que ha solicitado “la adopción de medidas adecuadas de carácter humanitario, para impedir que estos inmigrantes recurran a traficantes sin escrúpulos”.
“Mientras rezo por las víctimas, para que el Señor las acoja en su paz –ha exhortado el Papa- quiero poner de relieve que este problema, ulteriormente agravado por la crisis global, encontrará solución sólo cuando el pueblo africano, con la ayuda de la comunidad internacional, podrá librarse de la miseria y de las guerras”.
Tras estos dos llamamientos, Benedicto XVI se ha dirigido a los jóvenes presentes en la plaza de San Pedro del Vaticano, y en particular, ha saludado a los 150 delegados que en días pasados han participado en el encuentro internacional dedicado a la Jornada Mundial de la Juventud organizado por el Pontificio Consejo para los Laicos. “De este modo –ha dicho el Papa- comienza el camino de preparación hacia el próximo encuentro mundial de los jóvenes que se celebrará en agosto de 2011 en Madrid”, bajo el lema: “Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la Fe”.
Precisamente tras la alocución del Pontífice, los jóvenes australianos -como sede de la última Jornada Mundial de la Juventud-, han hecho entrega a sus coetáneos españoles de la Cruz y del Icono de la Virgen, símbolos de estos encuentros entre los jóvenes y el Papa: “Esta ‘entrega de testigo’, adopta un valor altamente simbólico, con el que expresamos la inmensa gratitud a Dios por los dones recibidos en el gran encuentro de Sydney, y por los que nos querrá conceder en Madrid”
Benedicto XVI ha recordado después que la Cruz “peregrina”, acompañada por el Icono de la Virgen María, viajará mañana a la capital española donde participará en la procesión del Viernes Santo, iniciando después un largo peregrinaje que, a través de las diócesis españolas, finalizará en el verano de 2011 en Madrid: “¡Qué la Cruz y el Icono de María sean para todos signo del amor invencible de Cristo y de su Madre que es también la nuestra”.
Antes del rezo mariano del Ángelus, un grupo de jóvenes australianos han acompañado la Cruz y el Icono de la Virgen hasta el palco donde les esperaban un nutrido grupo de jóvenes españoles vestidos con una camiseta roja en la que aparecía impreso el emblema de la Jornada Mundial de la Juventud Madrid 2011. Los jóvenes australianos han elevado la Cruz de la Jornada Mundial de la Juventud, momento en el que desde la plaza de San Pedro ha llegado un aplauso general. Con un “Viva el Papa”, los jóvenes españoles han recibido la Cruz “peregrina” símbolo del encuentro de los jóvenes con el Santo Padre.
Y como es tradicional el Papa ha saludado en diferentes idiomas a todos los peregrinos. En inglés se ha dirigido en particular al arzobispo de Sydney, el cardenal Georg Pell, y a los obispos Anthony Fisher y Julian Porteous, para después en español saludar con estas palabras: Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular al Cardenal Antonio María Rouco Varela, Arzobispo de Madrid, y a los numerosos jóvenes venidos a recoger la Cruz para la Jornada Mundial de la Juventud del año dos mil once, en Madrid. Hoy, que hemos acompañado con el júbilo de los ramos a Jesús en su entrada en Jerusalén, invito a todos a llevarlo muy dentro del corazón, para reconocerlo también en el árbol salvador de la cruz y celebrar así con inmenso gozo la gloria de su resurrección. Feliz Domingo. Feliz Semana Santa.

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