viernes, 3 de abril de 2009

Al corazón de Chile


Declaración del Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, Mons. Alejandro Goic, tras conocerse el fallecimiento del niño Felipe Cruzat, este viernes 3 de abril.

Mons. Goic expresó su "cercanía y gran afecto a sus padres y familiares. En su entereza admirable reconocemos la presencia viva del Señor Resucitado en quien han puesto toda su esperanza. En la comprensible tristeza por esta pérdida, les acompañamos con nuestra oración".

También manifestó su gratitud fraterna a "todos los que desplegaron esfuerzos para que Felipe pudiera seguir viviendo, (...) en especial a los equipos médicos y de servicio. Y a todos los que han orado, en sus comunidades o en silencio, en todo Chile, les agradecemos este signo de comunión en la esperanza".

Más adelante, el Presidente de la Conferencia Episcopal sostuvo que "hoy Felipe Cruzat le habla al corazón de Chile. Trabajemos, hermanos, en forma incansable para que la donación de órganos se instale en nuestra sociedad como una tarea de todos, como una cruzada generosa que hará gran bien para los que más sufren".

"Quisiéramos que la sonrisa de Felipe, que permanecerá viva en nuestra memoria, nos impulse a renovar este compromiso solidario en favor de la vida", concluye la declaración del Obispo de Rancagua.

Fuente: Prensa CECh

1 comentario:

Anónimo dijo...

EL CORAZON DE CRISTO.

Pienso y siento que Chile no tuvo un corazón para Cristo, como El lo tuvo para todos. No digo Cristo como un fantasma histórico, digo Cristo como Felipito Cruzat, y como los miles de miles que mueren de hambre y sed, por la devastación ecológica, las migraciones, las guerras y el trabajo infantil. Y el crimen institucionalizado ha proclamado como verdad científica el genocidio infantil en el vientre materno.
¿Y todo esto no nos mueve a un cambio de actitud?
De nada serviria una flamante Ley de Donación de Organos, si los hospitales carecen de la tecnologia, el personal calificado y remunerado para obtener, conservar y transportar estos valiosos órganos.
Que el martirio de este niño, Felipe, una vez más, nos lleve a servir a Dios en el prójimo.-