martes, 7 de octubre de 2008

El Evangelio de hoy


Lucas 10: 38-42
Siguiendo su camino, entraron en un pueblo, y una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María, que se sentó a los pies del Señor y se quedó escuchando su palabra. Mientras tanto Marta estaba absorbida por los muchos quehaceres de la casa. A cierto punto Marta se acercó a Jesús y le dijo: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para atender? Dile que me ayude". Pero el Señor le respondió: "Marta, Marta, tú andas preocupada y te pierdes en mil cosas: una sola es necesaria. María ha elegido la mejor parte, que no le será quitada".



¿Qué me estás diciendo, Señor?



Reflexiones sobre la lectura de hoy



Jesús nos señala aquí el gran valor de ese momento. No está colocando la contemplación sobre el trabajo; no se trata de eso.


Se trata de captar lo mejor de cada momento en la vida.


En este caso, lo mejor era escuchar la Palabra de Dios.


En otro momento será un servicio a los demás en el nombre de Dios.



La oración es un tiempo que entregamos, tanto para escuchar su Palabra como su Silencio.


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