viernes, 23 de abril de 2010

El obispo de Brujas admite ser un pederasta


Reconoce que abusó sexualmente de un menor durante su mandato y remite al Papa su dimisión la Iglesia belga califica de "muy seria" la confesión del prelado

Otro obispo más que admite haber abusado sexualmente de un menor. Y otra renuncia que recibe y acepta el Papa Benedicto XVI, y van unos cuantos. En este caso se trata de la dimisión del obispo de la localidad belga de Brujas, Roger Vangheluwe.

El propio Vangheluwe, a sus 74 años, fue el encargado de informar sobre los hechos. "Cuando era un simple párroco y también cuando comencé como obispo, abusé sexualmente de un chico joven de mi séquito cercano", explicó.
En su declaración, el reconocido pederasta pide perdón por su comportamiento. "La víctima sigue todavía marcada y en los últimos decenios le he reconocido mi culpa, así como a su familia y les he pedido perdón. Pero no les ha pacificado y tampoco yo estoy en paz. El temporal mediático de estas últimas semanas ha reforzado el trauma y no es posible continuar en esa situación", afirmó.
Se trata de un caso más que se añade a la ya larga lista de prelados relacionados con la Iglesia
católica que han reconocido haber cometido abusos y maltratos a menores durante su mandato. La dimisión del prelado belga se produce un día después de que el Papa aceptase la dimisión del obispo irlandés James Moriarty.
Otros dos obispos auxiliares de Dublín, Eamonn Walsh y Ray Field, también presentaron su dimisión y se espera que en fechas próximas el Papa Rtzinger las acepte.
La reacción del jefe de los obispos belgas, el arzobispo de Bruselas, Andre Joseph Leonard, ha sido de preocupación por este nuevo caso, que ha considerado como "muy serio".
En un comunicado, Leonard asegura haber pensado "en primer lugar" en "la víctima y su familia", que han vivido "un largo calvario que es posible que todavía no haya terminado".Leonard agregó que la Iglesia quiere contribuir al "restablecimento" de la víctima. También reiteró la "transparencia" de la iglesia belga para atajar los casos de abusos sexuales de menores por parte del clero, dejando atrás la época "en la que se prefería la solución del silencio o encubrimiento".
(RD/Agencias)

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