Burke, Müller, Ruini o Napier critican con dureza la Relatio post disceptationem del Sínodo
Denuncian las "peligrosas aperturas" a los divorciados vueltos a casar o los homosexuales
(Jesús Bastante).- Algunos no están acostumbrados al diálogo. O se imponen sus ideas, o vamos derechos al cisma. Francisco contaba con el riesgo de que el sector más conservador del episcopado mundial le "hiciera caso" y "debatiera en libertad" en el Sínodo de Obispos, pero resta por saber si calibró el "tour de force" que algunos cardenales, como Müller, Burke, Ruini o Napier le han planteado.
La "oposición silenciosa" a las reformas de Francisco se ha tornado muy sonora. Primero fueron los cinco cardenales que escribieron un libro criticando con dureza las propuestas del cardenal Kasper (tras las que se encuentra el propio Papa). Respuestas personalizadas para los divorciados vueltos a casar, admisión de las verdades que se encuentran en las parejas estables no sacramentales o las convivencias "ad experimentum", apertura a los homosexuales... Ahora, tras la aprobación de la Relatio post disceptationem, en la que el sector más conservador ha resultado estrepitosamente derrotado frente a los moderados, algunos más se han tirado al monte.
El primero fue el todopoderoso prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Gerhard Müller, quien aseguró que "la Iglesia no puede reconocer a las parejas homosexuales". "No me importa si algunos no están de acuerdo con mi opinión. Yo digo lo que quiero y, sobre todo, lo que debo decir como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe", aseguró el purpurado alemán.
Tras él, algunos cardenales fueron más allá, condenando con dureza la posición mayoritaria del Sínodo. Así, el cardenal Camilo Ruini, en un artículo publicado en Chiesa, afirma que "debemos ser muy prudentes, en lo que atañe al matrimonio y a la familia, modificando las posiciones que el magisterio propone desde hace tiempo y con tanta autoridad: en caso contrario, las consecuencias sobre la credibilidad de la Iglesia serán muy importantes".
Mucho más rotundo ha resultado el cardenal de Durban, Wilfrid Napier, quien en una entrevista con el Catholic News Service se pregunta "si alguien en Alemania que se ha divorciado y vuelto a casar por lo civil puede comulgar sin dejar su estilo de vida, ¿por qué no puede hacer lo mismo alguien casado con dos mujeres en África?". Para Napier, la lógica usada para permitir la comunión de los divorciados vueltos a casar podría ser aplicada a la cuestión de la poligamia, una práctica común en todo África.
En la misma línea se postula el cardenal Raymond Burke, uno de los más señalados opositores al Papa Francisco, quien en una entrevista con Il Foglio subraya que «un número consistente de obispos no acepta las ideas de apertura, pero pocos lo saben». "Emerge una tendencia preocupante porque algunos sostienen la posibilidad de adoptar una praxis que se separa de la verdad de la fe. Aunque debería ser evidente que no se puede proceder en ese sentido, muchos propugnan por ejemplo peligrosas aperturas sobre la cuestión de la comunión concedida a los divorciados vueltos a casar", añade el purpurado, que incide en que "no veo cómo se puede conciliar el concepto irreformable de la indisolubilidad del matrimonio con la posibilidad de admitir a la comunión a quien vive en una situación irregular. Con esto se pone directamente en discusión lo que nos ha dicho Nuestro Señor cuando enseñaba que quien se divorcia de su mujer y se casa con otra mujer comete adulterio".
Con todo, el más duro de todos ha sido el presidente de la Conferencia Episcopal polaca,Stanisław Gadecki, quien en una entrevista con Radio Vaticana denuncia que el texto aprobado en la Relatio cae en «el pecado de omisión. Se ha impuesto la idea de que la visión del mundo, imperfecta, es un camino hacia la perfección. El documento llama más la atención por lo que no dice que por lo que dice. Podemos hablar de los casos excepcionales pero también debemos presentar la verdad».
Para Gadecki, el texto de la asamblea sinodal va en contra del magisterio de Juan Pablo II, y arremete con dureza contra la posibilidad de admitir en la comunión a los divorciados vueltos a casar. "Ése es uno de los errores del texto, que en vez de incentivar la fidelidad y los valores familiares, acepta las cosas tal y como se presentan. Se da la impresión de que la enseñanza de la Iglesia ha sido implacable, mientras que ahora se inicia la enseñanza de la misericordia", apunta el prelado.
RD
Debate sobre la «relatio» del Sínodo: es solo un documento de trabajo
El cardenal Napier habla de «interpretaciones equivocadas», visiones parciales, énfasis incorrectos de los medios de comunicación. Filoni: un texto bien recibido, pero es necesario contextualizar mejor
IACOPO SCARAMUZZICIUDAD DEL VATICANO«Aclaración», «profundización», «matización». El el Sínodo extraordinario sobre la familia que se está llevando a cabo en el Vaticano (desde el 5 y hasta el 19 de octubre) ha comenzado el trabajo para corregir la relación intermedia («relatio ante disceptationem») presentada ayer por el cardenal Peter Erdö. Un texto que, con pasajes sobre las «decisiones pastorales valientes» en relación con los divorciados que se han vuelto a casar, sobre los elementos positivos que presentan las parejas de hecho, sobre los dones y cualidades de las personas homosexuales) ha tenido una amplia resonancia en los medios de comunicación de todo el mundo. Y también entre los padres sinodales que, reunidos todavía esta semana en los «circoli minores», se han pronunciado para apreciar el trabajo de síntesis coordinado por el purpurado húngaro y para plantear diferentes objeciones al documento que será sometido a votación, bajo forma de «relatio synodi», el próximo sábado. El documento después será entregado al Papa en vista del segundo Sínodo (pero ordinario) que se llevará a cabo dentro de un año.
«La secretaría general del Sínodo, tras las reacciones y las discusiones que surgieron de la publicación de la «relatio post disceptationem» y del hecho de que se le ha atribuido, en algunas ocasiones, un valor que no corresponde con su naturaleza, insiste en que tal texto es un documento de trabajo, que resume las intervenciones y el debate de la primera semana, y que ahora ha sido propuesto para la discusión de los miembros del Sínodo reunidos en los ‘circoli minores’, según establece el reglamento del Sínodo mismo», declaró el vocero vaticano, el padre Federico Lombardi, al comenzar la rueda de prensa cotidiana. El trabajo de los ‘circoli minores’ será presentado a la asamblea el jueves 16 de octubre por la mañana, y la síntesis de las relaciones será publicada.
El documento ha tenido una amplia y variada recepción, y de ello deja testimonio la síntesis de la discusión de ayer por la mañana, que fue dada a conocer hoy por la sala de prensa vaticana. «En general», la relación pronunciada por el cardenal Erdö, «ha sido apreciada en su capacidad de fotografiar bien las intervenciones que se desarrollaron en estos días»; por otra parte, «se han sugerido algunas reflexiones añadidas». Entre los diferentes puntos evocados, aunque nunca se indique cuál de los padres sinodales habló sobre cuáles cuestiones, destacan la necesidad de evitar concentrar la atención en las situaciones «familiares imperfectas», de hablar más sobre el «pecado», de aclarar y profundizar «el tema de la ‘gradualidad’, que puede ser el origen de una serie de confusiones», de una «reflexión más profunda y articulada» sobre la poligamia y la pornografía, además de otros temas como el aborto y el alquiler de úteros.
En la rueda de prensa cotidiana de hoy, con intervenciones de dos moderadores de los ‘circoli’, el sudafricano Wilfrid Fox Napier y el italiano Fernando Filoni, se pudo llevar a cabo una exposición sobre la naturaleza franca y colegial del debate en curso en el Sínodo. «Ha habido algunas sorpresas dentro del círculo al leer las reacciones de la prensa; algunos manifestaron una cierta perplejidad, como si el Papa hubiera dicho, como si el Sínodo hubiera decidido, como si…», dijo el prefecto de Propaganda Fide, subrayando la «riqueza extraordinaria del debate». Más críticamente, el cardenal Napier se refirió a los rumores de insatisfacciones y habló sobre una mala interpretación del texto, debida principalmente al efecto de los medios de comunicación: «La importancia en el Sínodo no se ha puesto, como vi en algunos periódicos, sobre cuestiones como el aborto, las parejas homosexuales o la anticoncepción, sino sobre cómo sostener a la familia en la fe cristiana». Además, se refirió al hecho de que «tal vez las expectativas de muchos son un poco irreales. Muchos de los contenidos de la relación intermedia no ayudan mucho a entender la enseñanza de la Iglesia». Y expresó la sospecha de que los responsables del Sínodo tal vez no están comprometidos con la expresión «de las opiniones de todo el Sínodo, en lugar de las de un grupo particular»; como sea, la relación final debería contener una «aclaración». Filoni precisó, por su parte, que no podía indicar en porcentajes cuántos padres sinodales expresaron su preocupación, entre ayer y hoy, por el texto, y subrayó que «fue apreciado en general». Surgió, añadió el cardenal italiano, una «idea sustancialmente positiva en cuanto al enfoque» del texto, «pero que debe ser mejorado según la contextualización». En cuanto al tema específico de la homosexualidad, «mi preocupación -se limitó a decir Napier- es que el mensaje que salió ayer no sea verdadero» y todo lo que se diga en el futuro parezca una forma para «controlar el daño» mediático.
En cuanto a las críticas que había expresado el cardenal estadounidense Leo Burke, en una entrevista con el periódico italiano «Il Foglio», Napier dijo que había escuchado algunas de sus críticas, pero que no podía afirmar que «el Sínodo hubiera tomado una u otra dirección hasta ahora», porque el debate proseguirá.
El cardenal sudafricano expresó su sorpresa por la misma decisión de publicar la relación, y Filoni indicó que «algunos se preguntaron», dentro de los ‘circuli minores’, si había sido un error. El vocero vaticano, el padre Federico Lombardi, recordó que la «relaito post disceptationem» «siempre se da a conocer en vivo», en cada Sínodo, y que, tal vez, el clamor se debe a la «naturaleza del argumento», que «provocaba mucha atención y muchas expectativas». El vocero vaticano también anunció que mañana participarán en la rueda de prensa mons. Rino Fisichella y el presidente de la Conferencia Episcopal estadounidense, Joseph Kurtz; el próximo jueves, el arzobispo de Viena, card. Christoph Schönborn; y el viernes, el arzovispo de Mónaco de Baviera, card. Reinhard Marx.
Vatican Insider
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