domingo, 3 de mayo de 2009

El Evangelio


Juan 10:11-15
En aquel tiempo, dijo Jesús: "Yo soy el Buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir el lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el Buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas".
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy

El amor de Jesús es amor hasta la muerte. Es el amor que se sacrifica que vemos en la Cruz. Es el amor que nunca se detiene por temor al fracaso, sino que siempre ve la Resurrección más adelante, en una forma u otra. Al amarnos a todos, Jesús conoció señales de la Resurrección, pues en el amor están las semillas de la Resurrección. Nos alzamos sobre las preocupaciones personales que nos encierran, y alcanzamos el amor externo, que ensancha nuestros corazones y mentes, a medida que éstos crecen y se hacen semejantes al Corazón y Mente de Jesús.
Espacio Sagrado

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