lunes, 11 de mayo de 2009

El Evangelio de hoy

Juan 14. 21-26.

El que ha hecho suyos mis mandamientos y los cumple, ése es el que me ama; y al que me ama mi Padre le demostrará su amor y yo también se lo demostraré manifestándole mi persona.
El otro Judas, no el Iscariote, le preguntó:
-Señor, y ¿a qué se debe que nos vayas a manifestar tu persona a nosotros y al mundo no?
Jesús le contestó:
-Uno que me ama cumplirá mi mensaje y mi Padre le demostrará su amor: vendremos a él y nos quedaremos a vivir con él. El que no me ama no cumple mis palabras; y el mensaje que están oyendo no es tanto mío, como del Padre que me envió.
Les dejo dichas estas cosas mientras estoy con ustedes. Ese favorecedor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre por mi medio, él les irá enseñando todo, recordándoles todo lo que yo les he expuesto.


Recuerdo mis experiencias de Dios …
¿Cuándo he sentido que Jesús se me ha mostrado personalmente? …
¿Con quién? …
¿En qué circunstancia? …
¿Qué del mensaje de evangélico estaba presente en esos momentos? …
¿Cómo volver a repetir esa acción que me acercó al Señor? …
¿con quien? …
¿Cómo?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

CARACTERISTICAS ESENCIALES DEL AMOR DE DIOS.

Por la Revelación Cristiana nos es dado saber rasgos anagógicos del Amor Divino.
Se retraran esencialmente en Cristo en la Cruz.
Son:
Humildad y renuncia a todo poder en beneficio propio, entrega incondicional.
Amor sin medida, perdón sin límites.
Dolor sublime, capaz de renacer, dolor fecundo, creador.
Total desapego, pureza de corazón y espíritu de pobreza.

También se observan estos mismos rasgos en la humildad de la Santísima Virgen al designio mistérico de Dios en la Anunciación, en sus dolores de parto milagroso, y en su Asunción al Reino de Dios.
Hay muchos otros pasajes del Evangelio que muestran el Amor de Dios, especialmente la fundación eucarística del cuerpo místico,
las bienaventuranzas evangélicas,
y las curaciones milagrosas en sábado.
El Amor de Dios no depende de una Ley, o texto escrito previo, sino que se recrea continuamente, y al universo humano con El.
El Divino Mesías no pudo ser acojido por su propio pueblo, y también historicamente fué negado por las Iglesias.
Sin embargo, los mansos de corazón y los puros en espíritu, conocen intuitivamente el amor divino y lo reflejan en todo lo que hacen, son su verdadera Iglesia y están en todos los pueblos y credos, si bien sus clases dirigentes les dan un trato similar al que dieron a Jesús.-

Anónimo dijo...

CRISTIANISMO ESENCIAL.

En primer lugar, las escrituras se deben tomar en su conjunto, sabiamente leidas y reflexionadas para acceder a su contendio eidético e irreductible.
Han de ser contextualizadas, sometidas a la crítica histórica, semántica, y psicoanalítica.
Creo que su mensaje esencial, son las "caracteristicas del amor de Dios" que es Modelo o guia para el amor humano.
Jesús no pone resistencia al Mal, en última instancia, en la oblación de la Cruz.
No fue exactamente esa su actitud previa, sino la de un liberacionismo amoroso activo y francamente contestatario.
Un problema es que nunca aceptó conversar sobre los supuestos o "a prioris" fundamentales de su Vocación Mesiánica. Es soprprendente, porque todo discurso cerrado, como el que es acritico de sus propios supuestos, termina siendo un Fundamentalismo que "reduce" la mirada a sólo dos polos: Bien o mal, Dios o Demonio, etc., y recae en una mirada DUALISTA, casi Maniquea, del cosmos.
Nada menos "tolerante" que llamar a los Fariseos sepulcros blanqueados, y al propio Pedro, "demonio, satanás".
Con esto polariza las posiciones:
el Reino de los Cielos o el Infierno. EL, o, simplemente, "el mundo, el principe de este mundo".
Para la lógica naturalista griega, y para el Politeismo, que adopta un pietismo en la sabiduría, y un equilibrio en la ataraxia, esto es LOCURA, incluso, "locura colectiva" que termina potenciando la maldad aún más, al ponerla contra si misma, desde las caracteristicas de un amor como el de la Cruz (nota anterior).
Por tanto, necesariamente deberian existir leyes impersonales o "ángeles de inteligencia" que nos protejan del amor de Dios, al que se llama
"fuego devorador" en algunos textos.
Estas leyes, o demiurgos, nos restituyen un mundo ordenado, un cosmos estable, donde lo inaprehensible del misterio de la vida, se manifiesta por causas segundas, para darnos nuevas oportunidades de servir sabiamente al prójimo.
Aqui creo que el discurso teologico o teosófico requiere del auxilio de las demás Ciencias, tanto como al acceso a la Totalidad de la Revelación, de la cual fueron entresacados los Canónicos poco antes del siglo IV.
Como sea, la Humanidad es UNA sola, y las revelaciones o fulguraciones de lo Numinoso son también UNA, en su fundamento anagógico esencial.
Por eso hablo de Ecumenismo Universal en la sabiduria, y de depuración eidética de lo que es tenido en distintas tradiciones como "Palabra de Dios".
Y no hago de esto un relativismo absoluto, porque, por ejemplo, las Bienaventuranzas, bien puden considerarse palabras textuales de Dios.
Con esto, simplemente, vuelvo al principio. Son sólo algunas consideraciones que no pretenden "pontificar".--