viernes, 30 de mayo de 2008

El Evangelio de hoy


Mateo 11. 25-30.

En aquel tiempo, Jesús dijo: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has mostrado a los sencillos las cosas que escondiste de los sabios y entendidos. Sí, Padre, porque así lo has querido.”

“Mi Padre me ha entregado todas las cosas. Nadie conoce realmente al Hijo, sino el Padre; y nadie conoce realmente al Padre, sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo quiera darlo a conocer
Vengan a mí todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar. Acepten el yugo que les pongo, y aprendan de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontrarán descanso. Porque el yugo que les pongo y la carga que les doy a llevar son ligeros.”.



Recuerdo aquellos momentos que he sentido al Señor presente, …

independiente de lo que he estudiado …


¿Cuándo he podido sentir el amor de Dios? …

¿Ha sido por mi gran sabiduría? …


Doy gracias a Jesús por transmitirme su mensaje directamente a mi corazón


Traigo a mi oración mis cargas …

mis penas …

mi cansancio.


Se las presento al Señor.


¿porqué estoy agobiado(a)? …

¿qué me tiene cansada(o)? …


Jesús me llama a aprender de El: ser paciente y humilde …

allí está el secreto de mi descanso …


Le pido hoy al Señor me ayude a ser más paciente y humilde.


Quiero encontrar en El mi descanso.


Lo que El me pide no cansa ni agobia …


¿qué me pide? …

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