miércoles, 26 de diciembre de 2007

El Evangelio del día


Mateo 10.17-22.
Tengan cuidado, porque los entregarán a las autoridades, los golpearán en las sinagogas y hasta los presentarán ante gobernadores y reyes por causa mía; así podrán dar testimonio de mí delante de ellos y de los paganos. Pero cuando los entreguen a las autoridades, no se preocupen ustedes por lo que han de decir o cómo han de decirlo, porque cuando les llegue el momento de hablar, Dios les dará las palabras. Pues no serán ustedes quienes hablen, sino que el Espíritu de su Padre hablará por ustedes.
“Los hermanos entregarán a la muerte a sus hermanos, y los padres a sus hijos; y los hijos se volverán contra sus padres y los matarán. Todo el mundo los odiará a ustedes por causa mía; pero el que se mantenga firme hasta el fin, se salvará.


El proyecto de Jesús afecta a los poderosos. Jesús me advierte que si sigo sus valores en mi vida, sufriré porque los que tienen poder se sentirán afectados.

¿Me ha ocurrido?
¿Cuándo?
¿Cómo?

¿He sentido que siendo consecuente con el estilo de vida que me propone Jesús hay quienes me odiarán y me pondrán todo tipo de obstáculos?

¿Qué siento ante eso?

Jesús me calma y me promete que me ayudará en esos momentos.

¿Qué le puedo contar a Jesús de mi experiencia personal?
¿Qué le digo?
¿Qué le pido?

(A Jesús le pasó … ¡y de qué forma! …
Los poderosos finalmente lo crucificaron)

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