La Provincia Antillas ha orado las dos primeras fichas personal y comunitariamente y nos envía la síntesis de sus reflexiones.
Síntesis de la Primera Ficha
1. Consolaciones: ¿Cuáles “experiencias de amor” generoso y profundo reconocemos en nuestra Provincia desde la CG 35? ¿Qué me dicen a mí como jesuita?
- Mayor preocupación por la espiritualidad. Difusión de los EE en sus diferentes modalidades (EVC, 3 días, 8 días). Constitución y consolidación de Centros de Espiritualidad Ignaciana.
- Sentido más universal de la misión. El proceso de reestructuración de la SJ nos ha ayudado a salir de nuestro concepto de provincia-país. Unión de Cuba y Antillas.
- Fortalecimiento de la pastoral juvenil y la promoción vocacional. Los jóvenes han crecido como prioridad en la SJ y la provincia.
- Formulación: “la comunidad es misión”. La preocupación por la vida comunitaria (cuidar de la vida en común, colaborar unos con otros. Más confianza y sentido de fraternidad. Relaciones horizontales, sencillez y cercanía.
- Mayor sentir con la Iglesia. Confirmación de la misión con las palabras del Papa Benedicto y relación cercana con el Papa Francisco.
- Sección RD: Ruta espiritual ignaciana
2. Desolaciones: Reconocer las “distracciones” que no nos han permitido crecer en esas “experiencias de amor”.
- Falta de priorización de obras. Hay necesidad de tomar decisiones sobre prioridad de nuestra misión y obras. Sigue la dispersión de los nuestros.
- Falta de discernimiento en las decisiones que se van tomando en la Provincia. Nos ha faltado la comunicación y el diálogo.
3. Llamadas: ¿A qué nos invitan esas “experiencias” como cuerpo apostólico?
- Formación del concepto: “colaboradores de la misión de Cristo”. Colaboradores: jesuitas y laicos/as.
- Seguir avanzando en el tema de la vida comunitaria. Nos falta seguir articulando la misión y la vida en común. Cuidar de los neo-sacerdotes.
- Priorizar obras: “a dónde vamos y qué”. Hay que cerrar, entregar, redefinir y fortalecer nuestras obras. Crecer en la comunicación y el discernimiento de nuestra vida apostólica – misión.
- Seguir dando pasos a la Provincia Caribe. El concepto de secciones va funcionando bien.
- Crecer en la doble profundidad que nos recuerda el Padre General: profundidad espiritual (vida personal) y profundidad de nuestro mensaje (formación continua – lectura y estudio personal).
- Mayor cercanía a la pobreza de nuestros países. Cercanía afectiva a la gente sencilla.
- Seguir dando pasos en una formación más universal para los escolares. Hay que abrirse a la diversidad de los jóvenes que se acercan a nosotros.
Síntesis de la Segunda Ficha
- Hemos sentido alegría y gozo al recordar los textos de la CG 35 sobre nuestra misión, sobre la relación Fe – Justicia, sobre el diálogo con la cultura, sobre nuestra cercanía a los pobres; es necesario que ellos vayan configurando nuestra vida, para intentar ser radicales en el seguimiento de Cristo, para ir a las fronteras.
- Da paz sentir el camino hacia la justicia como el camino de Cristo. Nos abre a la diversidad para entender mejor este mundo. Abrirnos a los pobres hoy pasa por entender la diversidad y entendernos en ella. Es la experiencia del Cristo que dialoga y busca la unidad en la diversidad.
- Hay que seguir cultivando la voz profética – evangélica. Una voz profunda, inteligente y arriesgada ante tantos problemas que nos golpean constantemente como país y sobre todo a los más pobres: la corrupción unida a la impunidad, la inseguridad, la violencia, la migración, el deterioro del medio ambiente, etc. Hay que reflexionar y discernir juntos esta realidad.
- No podemos seguir llevando la cantidad de obras que tenemos, o por lo menos del modo que la llevamos. Sigue la dispersión. Hay sobrecargas y necesitamos priorizar obras. Hace falta discernimiento en profundidad y con creatividad desde todos nuestros sectores apostólicos.
- Laudato Si debería nutrir nuestro discernimiento con más fuerza. El tema de la ecología es urgente y universal; es inseparable de la opción por los pobres. Está en juego nuestra vida en la tierra y también nuestra vida eterna
- Hablamos de un proyecto más corporativo de la misión, de tener espacios para hablar más de lo que vivimos y sentimos y así ir construyendo el cuerpo que conformamos. Consideramos muy importante asumir el discernimiento en nuestra misión común.
Mociones al contemplar nuestra cercanía afectiva y efectiva a los pobres.
- Nos sentimos invitados a seguir cultivando esa relación con esa “agua viva” que es Jesucristo. Que Él sea para nosotros agua fresca y de vida, que nos limpie. Sólo así seremos agua para otros, empezando por los compañeros de comunidad. Hay que cuidar y respetar los hermanos jesuitas.
- Necesitamos seguir dejándonos interpelar por Cristo pobre y humilde. Da mucha alegría seguir a este Cristo. Nos hace falta más silencio y profundidad de vida. Necesitamos amar el estilo de vida sencillo y simple. Y esto debe tocar comida, descansos, gastos personales, etc. Cuidar en nuestras comunidades el ambiente fraterno, de diálogos abiertos, sinceros y cuidar la presencia de calidad en los espacios acordados. La pobreza tiene que estar vinculada a la vida comunitaria y a la misión. Implica tener una identidad espiritualmente centrada en Cristo.
- Si entendemos la pobreza del jesuita en su forma más básica –no poseer y depender en la orden- vemos que la pobreza en el fondo es una opción más personal que institucional. La pobreza de cada jesuita se encuentra en la austeridad personal que no viene impuesto ni por el superior ni por la comunidad.
- Los pobres alimentan e iluminan la vida y el seguimiento a Jesús. Tenemos que seguir aprendiendo a vivir nuestra vida desde la gratuidad. Vivir nuestra presencia afectiva entre los pobres aprendiendo a escuchar, acompañar y consolar. Cultivar la mirada contemplativa.
- Han desaparecido comunidades insertas o cercanas a los pobres.
CPAL
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