domingo, 13 de octubre de 2013

Las lecturas para el día de hoy



XXVIII DOMINGO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA
2 Reyes: 5, 14-17
Volvió Naamán a donde estaba el hombre de Dios y alabó al Señor.La primera lectura de hoy corresponde al Libro de Segundo de los Reyes, al capítulo quinto, y corresponde al bello episodio en que el profeta Eliseo convierte y cura de la lepra al magnate sirio Naamán. Ese hecho guarda relación director con el Evangelio de Lucas que se proclama hoy.

En aquellos días, Naamán, el general del ejército de Siria, que estaba leproso, se bañó siete veces en el Jordán, como le había dicho Eliseo, el hombre de Dios, y su carne quedó limpia como la de un niño.
Volvió con su comitiva a donde estaba el hombre de Dios y se le presentó diciendo: "Ahora sé que no hay más Dios que el de Israel. Te pido que aceptes estos regalos de parte de tu siervo". Pero Eliseo contestó: "Juro por el Señor, en cuya presencia estoy, que no aceptaré nada". Y por más que Naamán insistía, Eliseo no aceptó nada.
Entonces Naamán le dijo: "Ya que te niegas, concédeme al menos que me den unos sacos con tierra de este lugar, los que puedan llevar un par de mulas. La usaré para construir un altar al Señor, tu Dios, pues a ningún otro dios volveré a ofrecer más sacrificios". 
Palabra de Dios

SALMO
Los salmos 96, 97, 98 tienen un contenido escatológico hacen referencia al final de los tiempos y hablan de la misericordia y grandeza de Dios. En este número 97 que vamos a cantar a continuación nos narra ese momento en que todas las naciones acudirán al Monte Santo para aclamar a Dios. Ese era para los judíos, contemporáneos de Jesús, el momento final de la historia. A nosotros, hoy, nos sirve para aclamar la grandeza de Dios y el amor por sus criaturas
Del salmo 97
El Señor nos ha mostrado su amor y su lealtad.
Cantemos al Señor un canto nuevo,
pues ha hecho maravillas.
Su diestra y su santo brazo
le han dado la victoria. R/.
El Señor ha dado a conocer su victoria
y ha revelado a las naciones su justicia.
Una vez más ha demostrado Dios su amor
y su lealtad hacia Israel. R/.
La tierra entera ha contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Que todos los pueblos y naciones
aclamen con júbilo al Señor. R/.

SEGUNDA LECTURA
2 Timoteo: 2, 8-13
Si nos mantenemos firmes, reinaremos con Cristo.San Pablo escribe la Segunda Carta a Timoteo –que es nuestra segunda lectura de hoy—ya en prisión. Es la última carta escrita por el apóstol. Poco después llegaría su martirio. Y aunque se siente profundamente solo todavía intentar enseñar a su discípulo que la perseverancia –sin importar los duros trabajos y el sufrimiento—nos llevará a reinar con Cristo. Ese es su mensaje.
Querido hermano: Recuerda siempre que Jesucristo, descendiente de David, resucitó de entre los muertos, conforme al Evangelio que yo predico. Por este Evangelio sufro hasta llevar cadenas, como un malhechor; pero la palabra de Dios no está encadenada. Por eso lo sobrellevo todo por amor a los elegidos, para que ellos también alcancen en Cristo Jesús la salvación, y con ella, la gloria eterna.
Es verdad lo que decimos: "Si morimos con Él, viviremos con Él; si nos mantenemos firmes, reinaremos con Él; si lo negamos, Él también nos negará; si le somos infieles, Él permanece fiel, porque no puede contradecirse a sí mismo". 
Palabra de Dios

EVANGELIO
San Lucas: 17, 11-19
¿No ha habido nadie, fuera de este extranjero, que volviera para dar gloria a Dios?El episodio de los diez leprosos, del capítulo 17 del Evangelio de San Lucas, nos indica claramente la dureza de corazón de los judíos de tiempo de Jesús. Solo uno de los curados de la lepra –terrible enfermedad—vuelve a dar gracias al Señor. El resto han preferido presentarse solamente a los sacerdotes y obtener su certificado de pureza. Ya podían vivir en la comunidad. Pero olvidan agradecer el favor recibido. ¡Que no seamos nosotros así!
En aquel tiempo, cuando Jesús iba de camino a Jerusalén, pasó entre Samaria y Galilea. Estaba cerca de un pueblo, cuando le salieron al encuentro diez leprosos, los cuales se detuvieron a lo lejos y a gritos le decían: "¡Jesús, maestro, ten compasión de nosotros!".
Al verlos, Jesús les dijo: "Vayan a presentarse a los sacerdotes". Mientras iban de camino, quedaron limpios de la lepra. Uno de ellos, al ver que estaba curado, regresó, alabando a Dios en voz alta, se postró a los pies de Jesús y le dio las gracias. Ése era un samaritano. Entonces dijo Jesús: "¿No eran diez los que quedaron limpios? ¿Dónde están los otros nueve? ¿No ha habido nadie, fuera de este extranjero, que volviera para dar gloria a Dios?" Después le dijo al samaritano: "Levántate y vete. Tu fe te ha salva-do". 
Palabra del Señor

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