sábado, 26 de abril de 2014

Sobre Juan Pablo II



Juan Pablo II: una retrospectiva de su vida



Se descubrió el tapiz y San Pedro rompió en aplausos. El 2 de mayo de 2011, Juan Pablo II se convirtió en beato. 

Seis años antes, más de un millón y medio de personas le dieron su último adiós en Roma. Era 8 de abril de 2005 y el viento agitaba las hojas del Evangelio sobre su féretro. Juan Pablo II había fallecido 6 días antes y el mundo le recordaba al grito de "Santo súbito”. 

Su vida se apagó poco a poco pero la enfermedad no fue un obstáculo para que continuara incansablemente hablando de Dios; incluso en los últimos momentos, cuando le faltó la voz

Fue Papa durante 26 años y 5 meses, uno de los pontificados más largos. Sumando los kilómetros que recorrió, a lo largo y ancho del mundo, podría haber hecho 3 viajes a la Luna. En cada destino fue capaz de tocar el corazón de las personas. 

En 1978, tras dos jornadas de cónclave, fue elegido sucesor de Pedro. Cuentan que fue el último cardenal en llegar a Roma porque su coche se estropeó e incluso tuvo que hacer autostop para llegar.

Venía de Cracovia. Era arzobispo desde 1962 y cardenal desde 1967. En esta ciudad polaca vivió 40 años. Allí fue primero seminarista, luego sacerdote, obispo auxiliar y finalmente arzobispo. Especialmente duros fueron sus años como seminarista porque tuvo que estudiar en el seminario clandestino que fundó el cardenal de Cracovia. Juan Pablo II recordaba con emoción aquella época que culminó con su ordenación sacerdotal en 1946. 

JUAN PABLO II
"Esta experiencia de obrero y a la vez seminarista clandestino me ha acompañado toda la vida. En la fábrica, para hacer mi turno de ocho horas, de día o de noche, llevaba conmigo algunos libros. Mis colegas obreros se extrañaron un poco, pero no se escandalizaron”. 
Era 1943. Durante el día trabajaba 8 horas en una cantera y durante la noche se preparaba para el sacerdocio. Eran los años en los que el comunismo había terminado con la libertad de los polacos. Era el segundo régimen totalitario que sufría el país.

Los nazis lo habían invadido años antes cuando Karol Wojtyla estudiaba en la universidad Jagellónica de Cracovia. Allí, junto a muchos amigos judíos, daba rienda suelta a una de sus pasiones: el teatro. La llegada de Hitler a Polonia truncó sus años universitarios.

Para entonces, Karol estaba ya solo. Su padre había muerto en 1941. Con él había vivido desde que fallecieron su hermano Edmund, en 1932, y su madre cuando él apenas tenía 8 años. 

Al morir Emilia, la madre de Juan Pablo II, su padre les llevó a él y a su hermano a un santuario mariano y les señaló a la Virgen. Les dijo que ella sería su madre. Nació entonces su enorme devoción por María. Eran todavía los años en los que la familia vivía en Wadowice, donde el pequeño Lolek, como le llamaban cariñosamente, nació un 18 de mayo de 1920.

El Papa viajero: 104 viajes a 129 países



Si le hablaran de alguien que visitó 129 países a lo largo de 26 años, tal vez imaginaría un millonario con tiempo y mucha energía. Sin embargo, el hombre que alcanzó esta increíble cifra debía gobernar la Iglesia católica y, además, evangelizar el mundo.

CARD. GAUDENCIO ROSALES
Arzobispo emérito de Manila (Filipinas)
"Juan Pablo II consiguió lo que nadie en la historia de la Iglesia, salvo tal vez San Pablo. Pero incluso San Pablo viajó solo alrededor del Mediterráneo. Juan Pablo II, en cambio, viajó hasta todos los rincones del mundo... De Norte a Sur, los lugares en donde estuvo son incontables”.

En total, visitó 43 países de África y 33 países europeos, sin contar Italia. También visitó 19 países de Asia, 17 de América del Norte, 10 de Sudámerica y 6 en Oceanía.

Pero en ningún sitio como en casa. Polonia es el país donde más viajó Juan Pablo II: nueve veces.

Le sigue Francia, donde estuvo ocho veces. En Estados Unidos estuvo siete, y cinco en España y México. 

De hecho, sus dos primeros viajes como Papa, en 1979, fueron a Polonia y a México. El último, en cambio, fue una breve visita al santuario mariano de Lourdes.

Muchos países nunca habían recibido a un Papa hasta que llegó él. Sus largos viajes le llevaron hasta los lugaros remotos y pequeños, como Guam, las Seychelles y Curazao.

CARD. GAUDENCIO ROSALES
Arzobispo emérito de Manila (Filipinas)
"Todo el mundo amaba a Juan Pablo II: no sólo los católicos, también los que no lo son. La razón es que acercó el Papado hasta la gente, no sólo en el modo de dirigirse a la gente, sino también con sus visitas a tantos países”.

Juan Pablo II fue el primer Papa en hacer muchas cosas. En su primer viaje a los Estados Unidos, se convirtió en el primero que visitó la Casa Blanca, donde se reunió con el presidente Jimmy Carter.

Tres años después, se convirtió en el primer Papa que visitó el Reino Unido desde que la Iglesia de Inglaterra se separó de Roma. En aquella ocasión se reunió con la Reina Isabel II y rezó con el Arzobispo de Canterbury en la sede de la Iglesia anglicana.

CARD. GAUDENCIO ROSALES
Arzobispo emérito de Manila (Filipinas)
"Iba allí donde había gente. Así que debemos dar gracias a Dios por darnos a Juan Pablo II, porque llevaba a Jesús con él, incluso a aquellos sitios donde el Señor no había estado nunca antes. Llevó a Jesús hasta allí”.

En el año 2001 Juan Pablo II viajó a Siria y se convirtió en el primer Papa que entra en una mezquita, cuando fue al lugar donde según la tradición cree que está enterrado Juan el Bautista.


Más de 1800 nuevos santos y beatos, el mejor legado de Juan Pablo II



Una de las cifras más llamativas del pontificado de Juan Pablo II es el número de personas a las que canonizó y beatificó: más de 1800. 

No es casualidad que los más importantes vivieran en el siglo XX: con ellos Juan Pablo II quiso mostrar que ser santo no es imposible hoy en día.

JUAN PABLO II
"La santidad es alzar los ojos hacia las montañas. Es tener intimidad con nuestro Padre, que está en el Cielo. El hombre vive en esta intimidad, consciente de su camino, que tiene  límites y dificultades”.

La canonización del Padre Pío en San Pedro fue  una de las ceremonias más numerosas de su pontificado, junto con la beatificación de la Madre Teresa de Calculta.

En la lista de santos y beatos hay varios polacos, como Maximiliano Kolbe yFaustina Kowalska.

También está Edith Stein, judía conversa y filósofa.

Con la canonización de Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei, recalcó el protagonismo de los laicos en la Iglesia.

Y como no podía ser de otra forma con un Papa "viajero”, Juan Pablo II también canonizó a santos muy representativos de cada continente.

Entre ellos, el indio Juan Diego, a quien se apareció varias veces Nuestra Señora de Guadalupe. 

También Josefina Bakhita, que fue esclava en Sudán y se hizo monja; o Andrés Kim Taegonprimer sacerdote católico de Korea, a quien canonizó junto a otros 102 compañeros mártires.

De todos los carismas y colores, los santos canonizados por Juan Pablo II son la mejor huella de su pontificado. Menos de diez años después de su muerte, ahora le llega el turno a él.


Juan Pablo II: un pontificado confiado a la Virgen María



La plaza de San Pedro está rodeada de santos. Pero sin duda la imagen más importante es la de la Virgen María situada en el Palacio Apostólico. Juan Pablo IIquiso que se colocara ahí.

P. SLAWOMIR ODER
Postulador, Juan Pablo II
"El Papa Francisco hablando de Juan Pablo II ha dicho que en muchas circunstancias le ha sorprendido su piedad, su sentido de oración, sobre todo su relación con María, su devoción mariana”.

La devoción de Juan Pablo II por la Virgen viene desde su infancia. Era especial hacia la Virgen de Czestochowa, en Polonia. Cuando fue elegido como Papa en 1978, esa devoción aumentó aún más.

En su escudo papal se distingue una gran "M” que simboliza a la Virgen. Su lema apostólico es "Totus tuus”, "Todo tuyo”, un signo de su consagración personal a la Virgen María.

Siete días después de su elección, Juan Pablo II visitó el santuario mariano de Mentorella, a las afueras de Roma. Fue la primera de muchas visitas a santuarios marianos de todo el mundo.

En los años siguientes, visitó santuarios como el de Fátima en Portugal, Aparecida en Brasil, o Lourdes, en Francia, en su último viaje apostólico.

En su pontificado, Juan Pablo II confió el mundo a la protección de la Virgen en tres ocasiones. La primera fue en Santa María la Mayor, en Roma. Un año después lo hizo en el santuario de Fátima, en Portugal. La tercera vez fue en 1984, en la plaza de San Pedro.

En el Jubileo del año 2000 también confió el nuevo milenio al Inmaculado Corazón de María.

Pero la mayor demostración de su gran devoción por la Virgen fue la encíclica Redemptoris Mater, escrita en 1987. En ella explica el papel de la Virgen como Madre de la Iglesia y como intercesora.

La carta apostólica Rosarium Virginis Mariae fue uno de sus últimos textos. Habla del poder del Rosario y de la importancia de la Virgen en el Evangelio. También sobre cómo Ella es capaz de acercar a las personas a Dios.


Juan Pablo II, el Papa de los jóvenes



A primera vista, puede parecer que estos miles de jóvenes acampados delante de un escenario esperan a su grupo de música favorito. En realidad, son jóvenes que querían escuchar a Juan Pablo II. 

Todo gracias a las Jornadas Mundiales de la Juventud, inventadas por el Papa polaco.

CARD. JOAO BRAZ DE AVIZ
"La Jornada Mundial de la Juventud es un fénomeno que descubrió Juan Pablo II. Es  muy impresionante ver el entendimiento entre una persona mayor, como el Papa, y los jóvenes”.

La primera JMJ se celebró en Roma en 1984. Juan Pablo II entregó a los jóvenes la Cruz que desde entonces preside todas.

Se han celebrado en Argentina, Estados Unidos, Italia, Francia, España... Con 5 millones de personas, la JMJ de Manila, en Filipinas, fue la más numerosa de la historia.

Juan Pablo II nunca ocultó el empuje que le daban estos encuentros, en donde solía repetir que los jóvenes son la esperanza del mundo y la Iglesia.

Juan Pablo II
"Si vives con jóvenes, ¡también tú te harás joven!”.

Pero su conexión conlos jóvenes iba más allá de las Jornadas Mundiales de la Juventud: en 1985 les escribió una Carta Apostólica, y siempre buscaba tiempo para verles en cada uno de sus viajes por el mundo.

En estos encuentros más improvisados se respiraba el mismo espíritu de una JMJ. 

Es especialmente el de Roma en 2004, el último que tuvo antes de fallecer. El día que pasó con jóvenes en la base de Cuatro Vientos, en Madrid, también dejó imágenes para el recuerdo.

Juan Pablo II
"Un joven... ¡de 83 años!”.

Era 2003 y a sus 83 años, Juan Pablo II afirmó que sí, que él también joven.