El prestigioso semanario británico destacó la reinvención de la Iglesia tras la asunción de Bergoglio. Considera que las escuelas de negocios deberían enseñar el exitoso proceso de reforma impulsado por el pontífice argentino.
El prestigioso semanario británico The Economist, que en el último tiempo no ha escatimado críticas para el gobierno de Cristina Kirchner, elogia en su último número al Papa Francisco, afirmando que se trata de un CEO ejemplar que debería ser estudiado en las escuelas de negocios por su exitosa reinvención de la Iglesia Católica.
Según la revista, Bergoglio está a la atura del fallecido Steve Jobs (Apple) y Lou Gerstner (IBM), figuras que infundieron nueva vida a alicaídas organizaciones y lograron aggiornar y reposicionar sus marcas.
"Cuando el Papa Francisco celebró su primera Pascua como CEO, justo después de su nombramiento, la más antigua multinacional del mundo estaba en crisis. Competidores pentecostales estaban robando cuota de mercado en el mundo emergente, en particular en América Latina, donde Francisco dirigía la oficina en Argentina. En los mercados tradicionales, los escándalos estaban ahuyentando a los clientes y desmoralibazan a los encargados de las ventas. El reclutamiento era difícil, a pesar de la oferta de empleo de por vida en una economía difícil. Las finanzas de la empresa también eran un desastre", dice The Economist sobre la crítica situación del Vaticano al momento de la llegada del argentino.
Sin embargo, explican que tras solo un año de "gestión Francisco", "el negocio ha recuperado gran parte de su confianza en sí mismo". Explican que este nuevo CEO es "muy popular" hasta con públicos difíciles como el norteamericano y "las ventas" de la Iglesia Católica nuevamente han subido. "¿Cómo ha conseguido un argentino septuagenario galvanizar una de las organizaciones más conservadoras?", se pregunta el artículo, que argumenta que Francisco lo logró llevando adelante tres principios claves del manejo de empresas.
El primero: volver a enfocarse en un objetivo, en este caso ayudar a los más pobres, y empezó por dar él mismo el ejemplo. "Una de sus primeras decisiones fue abandonar los apartamentos papales a favor de una pensión que comparte con otros 50 sacerdotes y visitantes diversos. Tomó el nombre de un santo que es famoso por el cuidado de los pobres y de los animales. Se lavó y besó los pies de 12 reclusos de un centro juvenil de detención. Se deshizo de las capas de terciopelo con adornos de piel que los papas han desgastado desde el Renacimiento. Cambió los zapatos rojos de Benedicto XVI por unos negros lisos e ignoró el lujoso Mercedes en favor de un Ford destartalado".
Este nuevo enfoque, según The Economist, le ha permitido a la "empresa vaticana" gastar menos recursos en las proyectos secundarios, tales como la participación en las disputas doctrinales o las elaboradas puestas en escena ceremoniales . "La estrategia de los pobres primero también se dirige directamente a los mercados emergentes, donde el potencial de crecimiento es mayor y la competencia es más feroz".
Los otros dos principios en los que se recuesta la reforma de Francisco son el "reposicionamiento de la marca" y la "reestructuración" de la empresa. Sobre el primero, el semanario dice que "está claro" que el Papa sigue apoyando la postural tradicional de la Iglesia sobre homosexualidad y aborto, pero sin cargar las tintas sobre ello. Sobre el segundo caso, destacan que haya nombrado a ocho cardeneles para revisar las finanzas de la organización y limpiar el Banco del Vaticano, sospechado de llevar adelante actividades ilícitas de todo tipo.
Si bien al final la nota se pregunta si todas estas modificaciones son de hendidura o solo serán cambios cosméticos, The Economist recurre a un conocido refrán para explicar la esperanza e intertidumbre que esta actitud de Francisco, que ha revolucionado a la Iglesia Católica, ha generado en el mundo. "Él se mueve en maneras misteriosas", concluyen.
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