PRIMERA LECTURA
El breve texto del capítulo 15 del Libro del Eclesiástico, que conforma nuestra primera lectura, nos enseña que Dios lucha contra el pecado y que este surge por la debilidad del género humano. Dios, que nos creó libres, respeta nuestro libre albedrío. Nuestra libertad es total y constituye un gran don divino. Otra cosa es que nosotros seamos capaces de utilizar esa libertad adecuadamente.
El breve texto del capítulo 15 del Libro del Eclesiástico, que conforma nuestra primera lectura, nos enseña que Dios lucha contra el pecado y que este surge por la debilidad del género humano. Dios, que nos creó libres, respeta nuestro libre albedrío. Nuestra libertad es total y constituye un gran don divino. Otra cosa es que nosotros seamos capaces de utilizar esa libertad adecuadamente.
LECTURA DEL LIBRO DEL ECLESIÁSTICO 15, 16-21
Si quieres, guardarás los mandatos del Señor, porque es
prudencia cumplir su voluntad; ante ti están puestos fuego y agua, echa mano a
lo que quieras; delante del hombre están muerte y vida; le darán lo que él
escoja. Es inmensa la sabiduría del Señor, es grande su poder y lo ve todo; los
ojos de Dios ven las acciones, él conoce todas las obras del hombre; no mandó
pecar al hombre, ni deja inmunes a los mentirosos.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
El Salmo 118 es como una lección permanente para enseñar, mediante la alabanza a Dios, la Ley de Moisés. Su canto pudo servir de modo de aprendizaje para los más jóvenes. Para nosotros, hoy, es un bello poema que nos enseña el cumplimiento permanente de la voluntad de Dios.
El Salmo 118 es como una lección permanente para enseñar, mediante la alabanza a Dios, la Ley de Moisés. Su canto pudo servir de modo de aprendizaje para los más jóvenes. Para nosotros, hoy, es un bello poema que nos enseña el cumplimiento permanente de la voluntad de Dios.
SALMO 118
R.- DICHOSOS LOS QUE CAMINAN EN LA VOLUNDAD DEL SEÑOR.
Dichoso el que con vida intachable
camina en la voluntad del Señor;
dichoso el que guardando sus preceptos
lo busca de todo corazón. R.-
camina en la voluntad del Señor;
dichoso el que guardando sus preceptos
lo busca de todo corazón. R.-
Tú promulgas tus decretos
para que se observen exactamente;
¡ojalá esté firme mi camino
para cumplir tus consignas! R.-
Haz bien a tu siervo: viviré
y cumpliré tus palabras;
Ábreme los ojos y contemplaré
las maravillas de tu voluntad. R.-
Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes
y lo seguiré puntualmente;
Enséñame a cumplir tu voluntad
y a guardarla de todo corazón. R
SEGUNDA LECTURA
La segunda lectura procede de la primera carta del Apóstol San Pablo a los fieles de Corinto y en ella se nos informa del ejercicio de Dios Padre respecto a una sabiduría que nos enseña todo. Es la revelación hecha por Jesús a sus apóstoles y que se fundamenta en nosotros y se mantiene por la acción del Espíritu Santo.
LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS
CORINTIOS 2, 6-10
Hermanos:
Hablamos, entre los perfectos, una sabiduría que no es
de este mundo ni de los príncipes de este mundo, que quedan desvanecidos, sino
que enseñamos una sabiduría divina, misteriosa, encendida, predestinad por Dios
antes de los siglos para nuestra gloria. Ninguno de los príncipes de este mundo
la ha conocido, pues si la hubiesen conocido, nunca hubieran crucificado al
Señor de la gloria. Sino, como está escrito:”Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni
el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que lo aman” y Dios
nos lo ha revelado, por el Espíritu, y el Espíritu todo lo penetra, hasta la
profundidad de Dios.
Palabra de Dios
EVANGELIO
El fragmento del capítulo quinto del Evangelio de Mateo que vamos a escuchar nos muestra la doctrina de salvación de Jesús de Nazaret, basada en la enseñanza renovada de la Ley de Moisés. Jesús no desvirtúa ni mutila la Ley de Dios, la amplía y le da sentido desde el precepto del amor.
El fragmento del capítulo quinto del Evangelio de Mateo que vamos a escuchar nos muestra la doctrina de salvación de Jesús de Nazaret, basada en la enseñanza renovada de la Ley de Moisés. Jesús no desvirtúa ni mutila la Ley de Dios, la amplía y le da sentido desde el precepto del amor.
LECTURA DEL
SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 5, 17- 37
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
No creáis que he venido a abolir la ley o los profetas:
no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el
cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la
ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo
enseñe así a los hombres, será menos importante en el Reino de los Cielos. Pero
quien lo cumpla y enseñe, será grande en el Reino de los Cielos.
Os aseguro: si no sois mejores que los letrados y
fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos. Habéis oído que se dijo a los
antiguos: no matarás y el que mate será procesado. Pero yo os digo: todo el que
esté peleado con su hermano será procesado.
Y si uno llama a su hermano “imbécil”, tendrá que
comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama “renegado”, merece la condena del
fuego. Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas
allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante
el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a
presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito procura arreglarte en seguida,
mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al
alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas
pagado el último cuarto.
Habéis oído el mandamiento “no cometerás adulterio”.
Pues yo os digo: el que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero
con ella en su interior.
Si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo y tíralo. Más
te vale perder un miembro que ser echado entero en el Abismo. Si tu mano
derecha te hace caer, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro
que ir a parar al Abismo. Está mandado: “El que se divorcie de su mujer, que le
dé acta de repudio.” Pues yo os digo: el que se divorcie de su mujer -–excepto
en caso de prostitución-- la induce al adulterio, y el que se casa con la
divorciada comete adulterio.
Sabéis que se mandó a los antiguos; “No jurarás en
falso” y ”Cumplirás tus votos al Señor.” Pues yo os digo que no juréis en
absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es
estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures
por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo pelo. A vosotros os
basta decir si o no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno.
Palabra del Señor
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