JEREMÍAS 1, 4-19
En los días del rey Josías, recibí esta palabra del Señor:
"Antes de formarte en el vientre, te escogí,
antes de que salieras del seno materno, te consagré.
Te nombré profeta de los gentiles.
Tú, cíñete la cintura, ponte en pie y diles lo que Yo te mando.
No les tengas miedo, que, si no, yo te meteré miedo de ellos.
Mira, yo te convierto hoy en plaza fuerte
en columna de hierro, en muralla de bronce frente a todo el país;
frente a los reyes y a los príncipes de Judá.
frente a los sacerdotes y la gente del campo.
Lucharán contra ti, pero no te podrán,.
porque yo estoy contigo para librarte.
Oráculo del Señor.
"Antes de formarte en el vientre, te escogí,
antes de que salieras del seno materno, te consagré.
Te nombré profeta de los gentiles.
Tú, cíñete la cintura, ponte en pie y diles lo que Yo te mando.
No les tengas miedo, que, si no, yo te meteré miedo de ellos.
Mira, yo te convierto hoy en plaza fuerte
en columna de hierro, en muralla de bronce frente a todo el país;
frente a los reyes y a los príncipes de Judá.
frente a los sacerdotes y la gente del campo.
Lucharán contra ti, pero no te podrán,.
porque yo estoy contigo para librarte.
Oráculo del Señor.
Se trata del principio del libro. Es "la vocación del Profeta". Jeremías es el caso más espectacular del "profeta a la fuerza". Hombre de natural bondadoso, se ve obligado por la Palabra de Dios a pronunciarse violentamente contra las maldades del pueblo y de sus jefes, a anunciarles el desastre final a manos de los reyes de Babilonia. Por esto, será rechazado, tenido por enemigo del estado, perseguido, torturado. Su relación con Dios es profunda, personal, íntima, lo que le da una tremenda fortaleza en tantas adversidades...
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