EL MAL OLOR DE LOS FARISEOS
Por José María Maruri SJ
1. - El pan nuestro de cada día, la multiplicación de los panes, “yo soy el pan de vida, el pan bajado del cielo”... Desde hace cinco domingos el ambiente evangélico tiene olor sano, limpio y honrado del pan. Huele a tahona, a panadería.
Solo cuando aparecen en escena los fariseos entra una bocanada asfixiante de tubo de escape. O como Jesús va a decir al final del párrafo del evangelio que acabamos de leer –y que la liturgia respetuosamente ha omitido— de olor a cloaca...
Ver completo aquí
Ver completo aquí
No hay comentarios:
Publicar un comentario