Las modalidades con las que fue liquidado el banquero contribuyen a crear la imagen de un Vaticano dividido por las luchas de poder
ANDREA TORNIELLICIUDAD DEL VATICANO
Releyendo el torbellino de los eventos que han sacudido los palacios vaticanos en las últimas semanas, y además las novedades sobre el caso del ex presidente del IOR Ettore Gotti Tedeschi, hay que admitir que no podían elegir un momento peor para echarle de la presidencia del banco vaticano. El despido del banquero, decidido por el Consejo de superintendencia, el “board” de los laicos compuesto por el alemán Ronaldo Hermann Schmitz, el estadounidense Carl Anderson (líder de los Caballeros de Colón), el italiano Antonio Maria Marocco y el español Manuel Sotoserrano, se dio, de hecho un día después de que arrestaran al ayudante de cámara de Benedicto XVI, por la posesión de cartas confidenciales de la cúpula vaticana.
El cardenal Secretario de Estado, Tarcisio Bertone, intentó llevar a cabo una intermediación para arreglar la fractura existente dentro del IOR, pero al final de cuentas el “board” de los laicos decidió proceder. En términos de estrategia mediática, fue muy poco afortunada la decisión de «despedir» a Gotti Tedeschi con un documento durísimo, que le demolía moral y profesionalmente al dar a entender que estaba involucrado en la fuga de documentos de los “cuervos” vaticanos.....
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