Lectura Misa del Dia Domingo Abril 26 2015
IV DOMINGO DE PASCUA
PRIMERA LECTURA
Hechos 4, 8-12
Sólo Jesús puede salvarnos.Pedro deja claro en la primera lectura –sacada del Libro de los Hechos de los Apóstoles-- que Jesús ama a la Iglesia universal, sin excluir a nadie. Por eso un buen seguidor de Cristo tiene que vivir en comunión de amor con los hermanos. Una vez más se nos presenta a Jesús como la piedra angular donde ha de cimentarse la salvación.
En aquellos días, Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: "Jefes del pueblo y ancianos: Puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo, para saber cómo fue curado, sépanlo ustedes y sépalo todo el pueblo de Israel: este hombre ha quedado sano en el nombre de Jesús de Nazaret, a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó de entre los muertos. Este mismo Jesús es la piedra que ustedes, los constructores, han desechado y que ahora es la piedra angular. Ningún otro puede salvarnos, pues en la tierra no existe ninguna otra persona a quien Dios haya constituido como salvador nuestro".
Palabra de Dios
SALMO
Salmo 117El Salmo 117 es uno de los más bellos de todo el Salterio. Y guarda relación con lo que Pedro nos dice en la primera lectura. Jesús es la piedra angular. Este Salmo 117 se utilizaba en la procesión litúrgica de la fiesta judía de las Tiendas o de los Tabernáculos. Es un poema que refleja la especial acción de Dios por su pueblo.
R. La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Aleluya.
Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Más vale refugiarse en el Señor, que poner en los hombres la confianza;
más vale refugiarse en el Señor, que buscar con los fuertes una alianza. R.
más vale refugiarse en el Señor, que buscar con los fuertes una alianza. R.
Te doy gracias, Señor, pues me escuchaste y fuiste para mí la salvación.
La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular.
Esto es obra de la mano del Señor,
es un milagro patente. R.
La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular.
Esto es obra de la mano del Señor,
es un milagro patente. R.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Que Dios desde su templo nos bendiga. Tú eres mi Dios, y te doy gracias.
Tú eres mi Dios, y yo te alabo.
Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. R.
Que Dios desde su templo nos bendiga. Tú eres mi Dios, y te doy gracias.
Tú eres mi Dios, y yo te alabo.
Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. R.
SEGUNDA LECTURA
San Juan 3, 1-2
Veremos a Dios tal cual es. San Juan, en su Primera Carta –nuestra segunda lectura de hoy-- nos muestra cómo la condición de hijo de Dios es ofrecida gratuitamente a todo ser humano. Y lo dice con unas palabras muy hermosas: “Habéis vuelto al pastor y guardián de vuestras vidas”.
Queridos hijos: Miren cuánto amor nos ha tenido el Padre, pues no sólo nos llamamos hijos de Dios, sino que lo somos. Si el mundo no nos reconoce, es porque tampoco lo ha reconocido a él.
Hermanos míos, ahora somos hijos de Dios, pero aún no se ha manifestado cómo seremos al fin. Y ya sabemos que, cuando él se manifieste, vamos a ser semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
Palabra de Dios
EVANGELIO
San Juan 10, 11-18
El buen pastor da la vida por sus ovejas.El evangelio de San Juan nos recuerda hoy que la Iglesia no puede basarse en el poder sino en una vida interior que se traduzca en obras de amor, entrega y libertad. Esa vida de perfección es el camino hacia la puerta estrecha de la que nos habla el Señor. Pero sobre todo es un canto profético del propio Cristo para indicarnos que Él es el Único Pastor del único rebaño donde todos juntos debeos vivir en amor, esperanza y paz.
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: "Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas. En cambio, el asalariado, el que no es el pastor ni el dueño de las ovejas, cuando ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; el lobo se arroja sobre ellas y las dispersa, porque a un asalariado no le importan las ovejas.
Yo soy el buen pastor, porque conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Yo doy la vida por mis ovejas. Tengo además otras ovejas que no son de este redil y es necesario que las traiga también a ellas; escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo pastor.
El Padre me ama porque doy mi vida para volverla a tomar. Nadie me la quita; yo la doy porque quiero. Tengo poder para darla y lo tengo también para volverla a tomar. Este es el mandato que he recibido de mi Padre".
Palabra del Señor
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