Collins y O,Malley
Piden al Papa que revoque el nombramiento del obispo de Osorno
No descartan acudir a Roma para entrevistarse con Francisco o con O'Malley
Dos miembros de la Comisión Vaticana que asesora al Papa Francisco en el combate de abusos sexuales dijeron estar "preocupados y sorprendidos" por el nombramiento deJuan Barros como obispo de Osorno.
En entrevista con National Catholic Reporter, los miembros de la comisión indicaron que están considerando viajar a Roma para hablar con el Papa cara a cara sobre la materia.
"Yo sólo hablo por mí mismo o como un sub-grupo de trabajo de la comisión, todos estamos muy preocupados por lo que está pasando en Chile", dijo Peter Saunders, un miembro de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores y víctima de abuso sexual.
Monseñor Juan Barros Madrid se instaló el sábado como cabeza de la diócesis de Osorno, Chile, en medio de las protestas en la catedral. Sobrevivientes chilenos acusan Barros de encubrir el abuso por el padreFernando Karadima, una vez reconocido líder espiritual y figura clave de la iglesia chilena que fue encontrado culpable por el Vaticano en 2011 de abusar sexualmente de menores de edad, cuando Barros era un sacerdote.
"Uno o dos de nosotros en nuestro grupo de trabajo sobreviviente están sugiriendo quevayamos a Roma para hablar con Francisco, o al menos el cardenal O'Malley", dijo.
Marie Collins, otro miembro de la comisión de abusos sexuales del Vaticano que también es fue víctima de abusos, pidió a Francisco eliminar la designación de Barros.
"Como sobreviviente, estoy muy sorprendida por lo de Chile, ya que parece ir en contra de lo que el Santo Padre ha estado diciendo acerca de no querer a nadie en puestos de confianza en la iglesia que no tienen limpio el expediente de protección de la infancia", dijo Collins.
El obispo Barros asumió el sábado recién pasado su nuevo cargo en Osorno, en medio de protestas. Esto debido a su vinculación con el sacerdote Fernando Karadima, considerado culpable de abusos sexuales.
(RD/Agencias)
Barros asume el obispado de Osorno en medio de protestas
Centenares de personas con pancartas y de luto
Para exigir con cánticos la renuncia de quien calló los abusos a menores de Karadima
Con inéditas refriegas y gritos entre partidarios y detractores, dentro y fuera de la catedral de Osorno, asumió el sábado el nuevo obispo Juan Barros, visto por algunos como un encubridor del mayor cura pederasta de la Iglesia chilena.
Tras asumir, Barros abandonó la catedralcustodiado por efectivos antimotines, mientras en las afueras centenares de personas, muchas vestidas de negro en señal de luto, demandaban la renuncia del clérigo de 58 años. Simultáneamente, algunos conductores en caravanas de automóviles con pancartas también exigían su salida.
A pesar de que la catedral de San Mateo estuvo fuertemente custodiada por policías antimotines, varios detractores de Barros ingresaron al templo con globos y pancartas negras, para exigir con cánticos y gritos la renuncia del nuevo obispo de Osorno, una ciudad 930 kilómetros al sur de Santiago. En la catedral había entre 400 y 500 personas.
A la ceremonia asistieron sólo 15 de los 35 obispos de la Conferencia Episcopal de Chile y una veintena de los 35 sacerdotes de la ciudad, y se ausentaron todas las autoridades de Osorno, además casi todos los laicos.
El nuevo obispo de Osorno es rechazado por las acusaciones de que encubrió abusos sexuales del peor cura pederasta chileno. Barros fue nombrado por el papa Francisco a pesar de conocer las críticas en su contra y el rechazo que despierta.
El papa se reunió con Barros hace algunas semanas y tras conversar con él, lo reconfirmó. Lo había designado el 10 de enero, lo que despertó de inmediato el rechazo en amplios sectores del país.
La ceremonia contrastó fuertemente con un acto similar en enero, cuando asumió el obispo en Arica, monseñor Moisés Atisha. La catedral de esa norteña ciudad chilena estaba repleta con más de 2.000 personas, incluidos el cardenal, el arzobispo de Santiago y el presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Ezzati, así como sacerdotes, diáconos y obispos de todo el país.
Juan Carlos Claret, uno de los principales líderes de los movimientos laicos de Osorno, dijo que contra toda tradición, las puertas de la catedral estaban cerradas y los invitados a la ceremonia entraron por un costado del templo.
La idea de los detractores del obispo era manifestarse pacíficamente en el interior del templo, pero fueron reconocidos por partidarios del Barros y se iniciaron las refriegas y los gritos. Claret dijo que continuarán oponiéndose a Barros porque no le "entregaremos la diócesis en bandeja".
Las críticas a Barros obedecen a su cercanía con el cura Fernando Karadima, condenado por el Vaticano a una vida de "penitencia y oración" por abusar sexualmente de menores, manosear sus genitales y besarlos en las comisuras de sus labios. Los abusos duraron décadas, según falló la jueza Jessica González en el juicio penal que no condenó a Karadima, pese a probar los cargos, porque los delitos prescribieron por el paso de los años.
En declaraciones del sábado, el periodista Juan Carlos Cruz -quien durante su adolescencia fue una de las víctimas de Karadima- criticó al papa por ratificar a Barros pese a que fue informado "por tanta gente que ha hablado con él, sabiendo de los expedientes que hay en Roma del caso Karadima, donde Barros está mencionado".
"Yo lo responsabilizo (al papa) y como decimos nosotros (las víctimas), estamos acostumbrados a las bofetadas de la jerarquía chilena, nunca nos habíamos esperado una bofetada de parte del papa", agregó.
Las críticas al nombramiento de Barros provienen de todos los sectores de la sociedad chilena, incluido el ex presidente Eduardo Frei (1994-2000), obispos, sacerdotes y laicos.
(RD/Agencias)
Obispo Juan Barros ingresa a catedral de Osorno en medio de incidentes
Juan Barros critica a los que se opusieron a su toma de posesión en Osorno
"Hay que distinguir entre manifestarse e interrumpir una misa"
La Conferencia Episcopal chilena reconoce "errores" en el proceso
El nuevo obispo de Osorno, Juan Barros, reconoció sentirse "afectado" por la polémica que generó su designación en dicha Diócesis, que se mantuvo en agenda durante dos meses y tuvo su punto más tenso el sábado, durante la ceremonia en la que asumió.
Barros fue investido en una ceremonia realizada ese día en la Catedral San Mateo en medio de manifestaciones y contramanifestaciones, gritos, empujones y pancartas. Incluso hubo detenidos.
"Obviamente que me ha afectado el tema Karadima", dijo Barros en dicho sentido, tras sostener -el lunes- su primera reunión con el personal del Obispado.
"Una cosa es que yo haya participado en esa parroquia (El Bosque) -desde niños participábamos con mis hermanos-, pero otra cosa distinta es que haya sido testigo de esos hechos gravísimos, (con los) que no tengo ninguna relación", indicó el prelado, reiterando los conceptos que manifestó la semana pasada, cuando anunció su decisión de asumir, pese a los cuestionamientos y las acusaciones que lo acusan de encubrir al cura Karadima.
Según informa hoy el diario El Mercurio, Barros también tuvo palabras críticas para quienes protestaron contra él durante la ceremonia del sábado: "Hay que distinguir entre manifestarse e interrumpir una misa", alegó.
"Había personas no creyentes que no captan la grandeza de ese acto... Una persona que tiene fe reacciona frente a la palabra de Dios y lo sagrado (...) Lo principal es que saquemos enseñanzas. Estamos en Cuaresma, acercándonos a Semana Santa. Pasamos por la cruz, pero el final definitivo es Jesús resucitado", agregó el religioso, que llamó a "caminar para adelante".
Juan Barros Madrid recibió ayer también un respaldo público del arzobispo de Puerto Montt, Cristián Caro, quien lo señaló como víctima de un "aprovechamiento político"
"Existe un aprovechamiento político, porque había un grupo de parlamentarios que se meten en lo que no les corresponde", dijo Caro aludiendo a la carta firmada por 51 parlamentarios chilenos que se oponían al nombramiento y que el socialista Fidel Espinoza llevó personalmente a Roma.
En esa línea Cristián Caro acusó "un clima de batalla que fue creado artificialmente", y dijo que "eso no es sano".
"Si el nuevo obispo fue citado a declarar a nivel civil y a nivel canónico, y no hubo condena alguna, ha conversado con el papa, le ha expuesto las cosas, entonces hay que creerle", sentenció el arzobispo.
El portavoz de la Conferencia Episcopal, Jaime Coiro, admitió "errores" en la manera en la que se desarrolló el nombramiento y la asunción de Juan Barros.
Las protestas registradas en la ceremonia "son el desenlace de un proceso que se dio con mucha dificultad", reflexionó Coiro.
"(A los feligreses de Osorno) no fuimos claros en decirles desde enero que el tema no nos era indiferente. (Al no hacerlo) parecía que no nos dolía", dijo Coiro.
"En un clima tan tenso, recomponer confianzas es un desafío permanente en la Iglesia", planteó el diácono.
(RD/Agencias)
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