domingo, 11 de enero de 2015

LECTURAS PARA EL DÍA DE HOY. BUEN DOMINGO PARA TODOS



Lectura Misa del Dia Domingo Enero 11 2015



El Bautismo del Señor

PRIMERA LECTURA

Isaías: 42, 1-4. 6-7
Miren a mi siervo, en quien tengo mis complacencias. El Profeta Isaías, en la primera lectura, nos enseña como será el Mesías, todo suavidad. “El pábilo vacilante no lo apagará”. El pábilo es esa llama que pugna por seguir ardiendo y que cualquier golpe de aire puede apagarla. El Mesías no lo hará. En este fragmento del capítulo 42 del profeta Isaías se hace una hermosa descripción de Jesucristo y, además, añade que será nuestro liberador y quien dará luz a nuestros ojos.

Esto dice el Señor: "Miren a mi siervo, a quien sostengo, a mi elegido, en quien tengo mis complacencias. En El he puesto mi espíritu para que haga brillar la justicia sobre las naciones.
No gritará, no clamará, no hará oír su voz por las calles; no romperá la caña resquebrajada, ni apagará la mecha que aún humea. Promoverá con firmeza la justicia, no titubeará ni se doblegará hasta haber establecido el derecho sobre la tierra y hasta que las islas escuchen su enseñanza.
Yo, el Señor, fiel a mi designio de salvación, te llamé, te tomé de la mano, te he formado y te he constituido alianza de un pueblo, luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión y de la mazmorra a los que habitan en tinieblas". 
Palabra de Dios

SALMOEl Salmo 28 refleja la admiración del pueblo de Dios ante el Supremo Hacedor que reina con su fuerza sobre la tormenta. El título del salmo es, precisamente, “Dios en la tempestad”. Y es en esa fuerza de la naturaleza donde se demuestra visiblemente su fuerza, la cual pone a la disposición de su pueblo para que sea feliz. A nosotros hoy nos acerca a esa seguridad que necesitamos en estos tiempos tan difíciles
Del salmo 28
R/. Te alabamos, Señor.
Hijos de Dios, glorifiquen al Señor;
denle la gloria que merece.
Postrados en su templo santo,
alabemos al Señor. R/.
La voz del Señor se deja oír
sobre las aguas torrenciales.
La voz del Señor es poderosa,
la voz del Señor es imponente. R/.
El Dios de majestad
hizo sonar el trueno de su voz.
El Señor se manifestó
sobre las aguas desde su trono eterno. R/.

SEGUNDA LECTURA
Hechos: 10, 34-38
Dios ungió con el Espíritu Santo a Jesús de Nazaret.En la segunda lectura, sacada del capítulo diez de los Hechos de los Apóstoles, Pedro se refiere, por su parte, al papel del Salvador, “que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos” y hacer referencia al bautismo de Juan. Para añadir que Dios acepta a todos y no hace distinciones aceptándonos a todos. Estamos ante un texto de gran hondura y frutos de importante enseñanza.

En aquellos días, Pedro se dirigió a Cornelio y a los que estaban en su casa, con estas palabras: "Ahora caigo en la cuenta de que Dios no hace distinción de personas, sino que acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que fuere. Él envió su palabra a los hijos de Israel, para anunciarles la paz por medio de Jesucristo, Señor de todos.
Ya saben ustedes lo sucedido en toda Judea, que tuvo principio en Galilea, después del bautismo pre-dicado por Juan: cómo Dios ungió con el poder del Espíritu Santo a Jesús de Nazaret, y cómo éste pasó haciendo el bien, sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con Él".
Palabra de Dios

EVANGELIO
San Marcos: 1, 7-11
Tú eres mi Hijo amado; yo tengo en ti mis complacencias.El Evangelio de San Marcos que narra el bautismo de Jesús, en el Jordán, de manos de Juan el Bautista, es muy breve y muy concreto. Nos muestra sin más la complacencia de Dios en su Hijo Único tras recibir el Bautismo. A nosotros esa imagen de la presencia, junto a Juan, de Jesús de Nazaret, en las aguas del Jordán nos sirve como punto de partida a un nuevo tiempo para incrementar con obras la conversión que, sin duda, experimentamos en los días emocionantes de la Navidad.

En aquel tiempo, Juan predicaba diciendo: "Ya viene detrás de mí uno que es más poderoso que yo, uno ante quien no merezco ni siquiera inclinarme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo". Por esos días, vino Jesús desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. Al salir Jesús del agua, vio que los cielos se rasgaban y que el Espíritu, en figura de paloma, descendía sobre él. Se oyó entonces una voz del cielo que decía:
"Tú eres mi Hijo amado; yo tengo en ti mis complacencias".
Palabra del Señor

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