El Momento Crítico de la Oración
Los autores de obras espirituales están de acuerdo en que el momento crítico de la oración diaria es el primer minuto: al colocarnos en la Presencia de Dios. En ese momento se fija el modo y el espíritu para toda la meditación.
En su libro How to Pray (Cómo Orar), el padre Bernard Basset, SJ, define ese momento crítico como sigue: “Debo dejar de pensar en todo, mientras me pongo en la Presencia de Dios: llegando a estar consciente de que Él está conmigo en la habitación.”
Los corredores comienzan sus ejercicios físicos, cada día, en una forma establecida: elongando sus músculos y preparando su mente para la carrera. Así mismo, los orantes comienzan sus “ejercicios espirituales” en una forma establecida. Una forma es la de decir la siguiente oración, lentamente y desde el corazón:
Padre, Tú me creaste
y me pusiste en la tierra con un propósito.
Jesús, entregaste tu vida por mí
y me llamaste a completar tu obra.
Espíritu Santo, ayúdame a realizar la labor
para la cual fuí creado y llamado.
En tu Presencia y Nombre, Padre,
Hijo y Espíritu Santo, yo comienzo mi meditación.
Que todos mis pensamientos e inspiraciones
tengan su origen en Ti
y sean conducidos hacia tu mayor Honor y Gloria.
y me pusiste en la tierra con un propósito.
Jesús, entregaste tu vida por mí
y me llamaste a completar tu obra.
Espíritu Santo, ayúdame a realizar la labor
para la cual fuí creado y llamado.
En tu Presencia y Nombre, Padre,
Hijo y Espíritu Santo, yo comienzo mi meditación.
Que todos mis pensamientos e inspiraciones
tengan su origen en Ti
y sean conducidos hacia tu mayor Honor y Gloria.
La consciencia de la Presencia de Dios es un regalo. Si Dios me lo da – como lo hace de tiempo en tiempo – entonces sencillamente debo quedarme en silencio en su Presencia.
Mark Link, SJ
Espacio Sagrado
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